Con el paso del tiempo, las fundas de las almohadas adquieren un tono amarillento difícil de eliminar con un simple lavado. La solución más fácil consiste en comprar una nueva, pero el problema no se soluciona porque, al cabo de unos meses, la nueva cubierta presenta ese desagradable color.

Este tono surge del sudor que, si es verano, se acrecenta porque el cuerpo libera sudor cuando dormimos para mantener la temperatura corporal en equilibro. Junto al sudor, la saliva que se nos cae al dormir contribuye a que la mancha se multiplique.

Lo recomendable es siempre eliminar ese tizne cuanto antes porque sino esa zona se convertirá en un lugar ideal para que los microbios se reproduzcan y afecten a nuestra salud. Por ello, se sugiere lavar las fundas cada dos o tres meses utilizan los ingredientes pertinentes para que penetren en los tejidos.

¿Cómo lavar las fundas?

A la hora de lavar las coberturas de las almohadas en la lavadora debes añadir al detergente habitual un taza jabón biodegradable para lavavajillas, otra de blanqueador casero, media taza de bórax y agua caliente. El ciclo de la máquina será caliente.

Para conseguir el blanqueador casero, mezcla tres litros de agua, media taza de jugo de limón y una taza de agua oxigenada, y mézclalo todo. Este ungüento también te servirá para las manchas de sudor de las camisetas.

Un detalle que no debes olvidar es comprobar que el cobertor puede lavarse en la lavadora.

En cuanto al secado, hazlo en el lugar habitual pero que sea ventilado para evitar que coja olor.