La megadiva italiana Mina, de 68 años, será la encargada de abrir la 59 edición del Festival de San Remo, en el que ella misma participó (en 1960 y 1961, con E vero y Le mille bolle blu ). La noticia de su reaparición ha sido largamente esperada por sus feligreses, después de que en 1978 se trasladara a vivir a Lugano (Suiza), donde abrió un estudio de grabación y obtuvo la ciudadanía suiza. Y, para desespero de sus fans, desapareciera de la escena.

El regreso lo anunció ayer Paolo Bonolis, el presentador del certamen de la canción italiana, que se celebrará del 17 al 21 de febrero. "Será una interpretación original y un tributo a la historia de la música italiana", subrayó Bonolis.

La última vez que se tuvo constancia de la actividad artística de Mina Anna Mazzini fue hace dos años, cuando reunió en Todavía sus éxitos en castellano y sorprendió con dúos como el que se marcó con el futbolista argentino Javier Zanetti, capitán del Inter de Milán, en la versión española del megahit Parole, Parole. El compacto contó con cantantes de relumbrón, como Joan Manuel Serrat, Chico Buarque o Diego el Cigala.

50 BIOGRAFIAS La Tigresa de Cremona, como también se la conoce, tiene hasta 50 biografías no autorizadas y está considerada como una de las más grandes cantantes italianas de todos los tiempos. Y su precoz retirada, cuando estaba en el momento de mayor esplendor, no ha hecho sino agrandar su leyenda. Mina no pisa un plató de televisión desde hace una eternidad.

Pero, ¿qué sería de la estrategia del mito sin la posibilidad de desaparecer y reaparecer? Mina se alejó de la vista del público durante demasiado tiempo, y los amantes de la música echan en falta su imagen transgresora, innovadora y audaz.

Su primer amor conocido fue el actor Corrado Pani. El estaba casado, pero ella ignoró las murmuraciones y tuvieron un hijo, Massimiliano, lo que le valió un veto por parte de la RAI y cierto sector de la prensa. Pero Mina enlazó de nuevo un éxito tras otro y la RAI volvió a rendirse a sus pies. En 1970 se casó con el periodista Virgilio Crocco, con quien tuvo una hija, Benedetta. Y en su retiro suizo, contrajo matrimonio con su compañero desde hace 25 años, el cirujano Eugenio Quaini.