Meghan marca distancias de nuevo con su cuñada. Según reveló este domingo The Mail on Sunday, Meghan ha renunciado a los ginecólogos de la casa real británica porque no quiere que "hombres con traje" supervisen el nacimiento de su primer hijo, previsto para las próximas semanas. En lugar de Alan Farthing y Guy Thorpe, los ginecólogos de la reina Isabel II que asistieron a Kate Middleton en los partos de sus tres hijos, Meghan contará con su propio equipo, liderado por una ginecóloga.

"Meghan dijo que no quería hombres con traje. Se mantuvo firme en que quería a su propio equipo, lo que a unos cuantos de nosotros nos dejó perplejos porque esos médicos son lo mejor de lo mejor", asegura una fuente anónima de palacio. Además, los médicos de la casa real no cobran aparte por este tipo de intervenciones, "mientras que contar con un nuevo equipo de especialistas costará decenas de miles de libras", algo que según The Mail on Sunday será interpretado por mucha gente como una nueva excentricidad por parte de la duquesa de Sussex tras su lujoso baby shower en Nueva York. Se espera entonces que la intervención de los ginecólogos de la casa real en el parto de Meghan se limite al caso de que surja algún tipo de complicación inesperada.

Meghan Markle tiene intención de dar a luz en un hospital cercano a su nuevo hogar en Windsor, Frogmore Cottage, en lugar del Ala Lindo del hospital de St. Mary de Londres, el mismo lugar que escogieron Kate y la princesa Diana de Gales, entre otras mujeres de la casa Windsor. Otro extendido rumor asegura que el príncipe Enrique y Meghan ni siquiera ofrecerán a los fotógrafos el tradicional posado con su bebé en brazos a la salida del hospital, ya que Meghan querría ahorrarse la presión de tener que vestirse y maquillarse para el público tras el parto. Es célebre cada una de las apariciones de Kate con su bebé en brazos solo una horas después de dar a luz.