Los padres tóxicos producen en los hijos una serie de problemas psicológicos y emocionales como fruto de una mala gestión que se proyecta en la relación familiar y que acaba envenenando todos los lazos afectivos. Aparece en muchas familias y no siempre es reconocido el problema, ya que nos basamos en la premisa de que ningún hogar es perfecto y siempre puede surgir algún obstáculo, pero que se debe perdonar y mantener la relación. Este autoengaño que tienen los hijos hace que crean que no ocurre nada y que todo se debe a roces que están dentro de la normalidad, sin ser muy conscientes de las consecuencias inmediatas y a largo plazo que de ahí derivan.

Negamos que existan conductas de nuestros padres que nos puedan estar haciendo daño o que ellos tienen problemas emocionales que gestionan de una forma incorrecta, perjudicándonos a nosotros mismos. La relación se basa en el egoísmo y el narcisismo paterno, sin protección ni afecto, con una serie de ataques y humillaciones continuas y manipulaciones emocionales. Todo ello hace que ambas partes no alcancen nunca el bienestar, y el problema mayor lo tendrán los hijos, los cuales no aprenden que hay relaciones sanas donde sí existe un bienestar. Ante una relación familiar así, siempre se debe buscar ayuda externa y llega a ser conveniente poner distancia.

BUSCA LA SEGURIDAD

En el día a día de una familia, no siempre hay una buena relación. Surgen discusiones o hay problemas que se deben resolver, especialmente cuando los hijos son adolescentes. Esto, que entra dentro de la normalidad, no pone en peligro la estabilidad psicológica y emocional de ningún miembro, salvo el estrés puntual que se pueda sentir. Sin embargo, las relaciones envenenadas que derivan del tener unos padres tóxicos sí perjudican seriamente la vida de los miembros. Es aquí donde se debe actuar y buscar la forma de crear la seguridad necesaria para alejarse y marcar de forma clara los límites.

¿CÓMO ACTÚO ANTE UNOS PADRES TÓXICOS?

1. Busco espacio y tiempo

Tanto si se convive con los padres como si no, es muy necesario el que exista la distancia adecuada y un tiempo sin verse. Se busca siempre desde la asertividad y desde el manejo de nuestras propias emociones. El otro no debe invadirnos ni gestionar nuestro tiempo.

¿Qué ocurre si he quedado a comer con mis padres y antes de sentarnos ya me están atacando? A lo que estamos acostumbrados es a buscar la paciencia y continuar de la mejor forma la conversación, cuando lo deseable es levantarnos, expresar que no va a haber comida en esas circunstancias y marcharnos. Siempre sin entrar en discusiones.

2. Tu vida y la mía

Como los padres tóxicos no aportan seguridad sino desestabilidad, buscaremos separar partes de nuestra vida de la suya. Esto a veces implica no presentar a nuestros amigos o a una pareja. Aunque son estilos fríos, también son necesarios para que no haya puntos extra que puedan envenenarse.

3. Despersonaliza

Tus padres proyectan sus frustraciones, sus inseguridades y sus desequilibrios contra ti, por cómo son ellos, no por cómo eres tú. Realmente no es un ataque directo ni nada personal, aunque nos hiera constantemente. No eres responsable de lo que ellos hacen ni debe existir culpa de por medio.

4. Corta todo vínculo

En determinados casos, la relación es tan tóxica que no debe mantenerse de ninguna forma. En esos momentos se deben cortar los lazos y desvincularse totalmente de la familia. No es obligatorio que mantengamos la unión. De la misma forma que expulsamos de nuestra vida a un amigo que nos hace daño, también podemos y debemos hacerlo con nuestra familia.

Son ya muchos los casos de personas que han decidido buscar ayuda psicológica a raíz de darse cuenta de que sus padres, lejos de hacer que se sientan seguros, buscan la humillación y el daño. Gestionar esto, especialmente después de muchos años, es complicado, pero siempre necesario para que logreemos alcanzar un bienestar.