Ghislaine Maxwell, la mujer de 58 años que fue mejor amiga e íntima asociada del pederasta Jeffrey Epstein, seguirá bajo custodia federal mientras espera su juicio, que no arrancará hasta el 12 de julio del año que viene. Así lo ha determinado este martes la jueza federal Alison Nathan, que en una vista en la que Maxwell se ha declarado no culpable de los seis cargos que enfrenta se ha negado a dejarla en libertad bajo fianza.

La magistrada ha coincidido en varios de los argumentos de la fiscalía para negar la petición que hacía la defensa de Maxwell de que se le dejara en libertad bajo una fianza de cinco millones de dólares con exigentes condiciones. La jueza ha asegurado, por ejemplo, que la imputada presenta riesgo sustancial de fuga y ha destacado que entre sus tres ciudadanías tiene la de Francia, un país sin acuerdo de extradición con Estados Unidos.

La jueza también se ha referido a los extraordinarios recursos financieros de Maxwell, incluso criticando que no haya facilitado información concreta sobre sus bienes, que según la fiscalía superan los 10 millones de dólares. Ha coincidido en destacar lo problemático de que pasara el último año escondiéndose, incluyendo al comprar a través de una sociedad limitada la lujosa y apartada propiedad de Nuevo Hampshire donde fue arrestada el pasado 2 de julio, y ha destacado su extraordinaria capacidad para evadir ser detectada.

Ninguna combinación de condiciones en la fianza garantizaría que Maxwell comparezca, según la jueza, que también ha rechazado argumentos de la defensa de que la pandemia del coronavirus ponga a su cliente en riesgo si sigue detenida en el Centro Metropoliano de Detención de Brooklyn o dificulte su preparación del caso y ha subrayado la aparente fuerza del caso de la fiscalía, centrado en los casos de tres menores cuyos abusos sucedieron entre 1994 y 1997.

En la sesión también se han escuchado, directa e indirectamente, los testimonios de dos de las presuntas víctimas, opuestas a que se le deje en libertad. Una de ellas, Annie Farmer, ha definido a Maxwell de depredadora sexual que nunca mostró ningún arrepentimiento.

En otra declaración leída por la fiscalía, donde la víctima no ha sido identificada salvo con el genérico anónimo Jane Doe, también ha habido un retrato demoledor de Maxwell. Sin Ghislaine Jeffrey no podría haber hecho lo que hizo, ha dicho la mujer, denunciando la manipulación sádica y calculadora que obró para ponerla en manos de Epstein, que murió el año pasado en lo que fue oficialmente determinado como un suicidio mientras esperaba su juicio. Su único propósito es su supervivencia, nunca admitirá lo que hizo, ha asegurado también la víctima, que afirma que recibió amenazas relativas a su hija de dos años si testificaba en otro caso y que también se ha opuesto a que se aprobara una fianza. Sé cuántas vidas ha arruinado, rezaba su testimonio sobre Maxwell. No tiene nada que perder si huye.