Coraje es la palabra que define a Ángel Casas (Barcelona, 1946), escritor, periodista y presentador de Ángel Casas Show, que desde hace varios años padece una enfermedad rara que, hasta el momento, le ha arrebato las piernas, pero no las ganas de vivir y de escribir. De hecho, en febrero publicó su última obra L'agonia de Bakunin, un libro de seis relatos en el que retrata la Barcelona actual, habla de sexo y de religión.

Cuando aterrizó el coronavirus, a Casas le habían trasplantado un riñón, sus sistema inmunológico era frágil y su preocupación se cotizaba al alza. Lo que no se esperaba el comunicador es que, en pleno confinamiento, otra enfermedad golpeara su precaria salud. Se trata de la calcifilaxia, enfermedad rara que derivó en la amputación de ambas piernas.

Sin embargo, su fortaleza no flaquea y asevera que "el ser humano está capacitado para adaptarse a muchas circunstancias. Cuando tuve un cáncer, la doctora me dijo que haríamos un 4.000. Y lo hicimos. Lo he superado todo. Como dice Xavier Trias, soy un superviviente. Y yo digo como Oriol Regàs: 'Tengo una mala salud de hierro'. Porque voy superando cosas por las que otros ya estarían muertos. Tuve seis infartos de mayo a septiembre. Y cuando me sacaron del hospital, tuve otro. Y la amputación fue muy dura, porque me dijeron que no haría falta...y el día de Sant Joan de 2020, en la verbena, ¡pam! Pero la familia me ha dado mucha fuerza. Por ella tenía que salir adelante como fuera".

A pesar de esta crudeza relatando su "mala salud de hierro", se considera un "un perdedor social y políticamente" y así lo ha reflejado en sus relatos, en los que retrata a personajes como el perro Bakunin, capaz de unir a una antisistema con uno de los herederos de las grandes fortunas de Barcelona; un cura y una monja fervientes defensores de la resistencia contra el celibato, y un escritor de novelas policíacas asesinado en su apartamento cuando estaba a punto de entregar su último 'best-seller'.

"Está escrito de forma que en una primera lectura todo el libro hace gracia, tiene sentido del humor", ha explicado el autor, aunque en el fondo eso le permite hablar de cuestiones que le preocupan, como el celibato de los sacerdotes, los asesinos de mujeres y las incongruencias entre los 'okupas' y la burguesía catalana.