Los gentilicios definen nuestro origen y nos relacionan directamente con un lugar geográfico, ya sea por barrio, pueblo, ciudad, provincia, región, país o continente. Son términos que debemos aceptar según nuestra nacionalidad, ya que van a acompañarnos toda nuestra vida. En Extremadura, hay gentilicios muy raros, derivados de los pueblos y municipios que se encuentran en el territorio.

Algunos ejemplos son: almoharinenses de Almoharín, bellosos de Cabezabellosa, caputbovense de Cabeza del Buey, remoliniego de Arroyomolinos de la Vera, chinatos de Malpartida de Plasencia, terruqueños de Navezuelas y poblanchino de Puebla de la Calzada, entre muchos otros.

Mientras tanto, los de Cáceres y Badajoz son de conocimiento popular. Sin embargo, hay variaciones -no tan conocidas- que te sorprenderán.

Cáceres

De manera oficial, cacereño/a es el gentilicio más extendido socialmente. Por otro lado, hay términos más coloquiales que designan a una persona procedente de Cáceres, como pueden ser cacerense, mangurrino/a y norbiense.

Badajoz

El gentilicio por excelencia es pacense. Sin embargo, la Real Academia Española (RAE) recoge también badajocense, como 'natural de Badajoz' o 'perteneciente o relativo a esta ciudad de España o a su provincia' y badajoceño/a.

También, se utiliza bellotero/a de forma coloquial.