Positivo en un control de alcoholemia por comer pizza

Someterse a un control de alcoholemia es algo por lo que, tarde o temprano, tienen que pasar la mayoría de los conductores. Esto es porque ya se cuentan por millones las pruebas que realiza, al año, la Guardia Civil de Tráfico con el fin de liberar a las carreteras de posibles infractores o delincuentes.

En este contexto, a nadie le resultará extraño el concepto de 'falso positivo'. Es decir, cuando uno de los aparatos -alcoholímetros- que utilizan las fuerzas de seguridad para medir el nivel de alcohol en sangre de los conductores falla y da un dato que no se corresponde con la realidad.

Alcohol al volante: el Congreso debate rebajar la tasa permitida al 0,2 entre acusaciones de hipocresía

Es, precisamente, por este riesgo por el que el protocolo marca realizar una segunda prueba en el caso de que la primera dé positivo -más de 0,25 mg/l de alcohol en aire aspirado para conductores con más de 2 años de carnet y 0,15 mg/l para noveles-.

Falsos positivos inesperados

Es posible que, en ocasiones, sea un fallo del alcoholímetro el que dé el susto a conductores que no han ingerido alcohol. Pero, en otras, existen razones de lo más inesperadas.

Y es que hay algunos alimentos que contienen pequeñas cantidades de alcohol residual, que después de su ingesta, puede permanecer en la boca. El pan, la pizza o algunas frutas son un ejemplo de ello. El tiramisú o el vinagre son otros que pueden provocar la sorpresa.

Pero, además, ese temido falso positivo puede venir de la mano de algunos medicamentos, como es el caso del ibuprofeno, o, incluso, de productos para la higiene bucal, como la pasta de dientes.

Consecuencias de un falso positivo

Las consecuencias de un falso positivo en las dos pruebas realizadas por la Guardia Civil -algo muy poco habitual, por otra parte- pueden ser severas. Dependería de la tasa de alcohol que haya marcado el medidor, pero podría ir desde una sanción económica hasta problemas legales, dejando antecedentes en el historial de la persona afectada.

En el caso de un accidente de tráfico, por ejemplo, se puede acusar al conductor que dé positivo en la prueba del causante, incluso si no ha sido su culpa.

Es por ello que, en caso de haber consumido alimentos fermentados, medicamentos o bebidas sin alcohol y enfrentarse a una prueba de este tipo por el motivo que sea, es recomendable avisar a los agentes.

Si se da la circunstancia de obtener un falso positivo y tener que enfrentar consecuencias legales, es recomendable buscar asesoramiento para ayudar a demostrar la falsedad de la prueba.