Cambios en la industria tecnológica

¿Qué pasó con el metaverso? La inversión en realidad virtual flaquea

Las turbulencias económicas y la explosión de la inteligencia artificial como nueva moda del sector ponen en un segundo plano lo que se ha vendido como el futuro de internet

El fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, ante su avatar en un entorno de realidad virtual.

El fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, ante su avatar en un entorno de realidad virtual.

Carles Planas Bou

Facebook estaba viviendo una de sus peores crisis de reputación de su historia. La desconfianza de reguladores y usuarios se había disparado después que una exingeniera de la red social, Frances Haugen, filtrase a la prensa documentos internos en los que se probaba que la directiva hacía la vista gorda ante el alud de desinformación y contenidos nocivos para la salud mental que circulaba en sus plataformas.

Mark Zuckerberg tuvo una idea brillante para dejar el escándalo atrás. El 28 de octubre de 2021, la compañía pasó a llamarse Meta y a pivotar su negocio hacia el llamado metaverso, un nuevo entorno digital inmersivo aún por definir que pretende ser un internet en 3D.

Facebook marcó el paso de la industria tecnológica. La promesa de que el futuro de la red pasaba por la realidad virtual (RV) sedujo a grandes empresas de todo el mundo, que pasaron a destinar miles de millones de euros en tratar de alcanzar ese sueño nacido de la ciencia-ficción. La promesa de fondo pasaba exprimir ese universo paralelo para sacarle todo el rédito posible a la emergente economía virtual, habilitada por la llamada Web3 (criptomonedasblockchain y NFT). Los cantos de sirena de Silicon Valley atrajeron desde a las teleoperadoras hasta a grandes fondos de inversión, firmas de alta costura y artistas.

Cae el metaverso, sube la IA

Sin embargo, un año y medio después todo ese entusiasmo inicial parece haberse desvanecido. La inversión global en el metaverso ha pasado de recaudar unos 2.000 millones de dólares en los primeros tres meses de 2022 a 586 millones en el mismo período de este año, según datos de la firma de capital riesgo PitchBook recopilados por Axios. "Es normal que lo que hemos visto del metaverso sea bastante pobre y que su desarrollo sea lento y caro, pues aún no hay las capacidades computacionales para recrear entornos virtuales muy realistas", explica el analista Antonio Ortiz, que lo compara a los inicios de la tecnología móvil.

La división de Meta dedicada al desarrollo del metaverso perdió 10.200 millones de dólares en 2021 y 13.700 en 2022

Por un lado, la caída de la popularidad de la RV se debe al 'hype' creado alrededor de la IA, la nueva moda a la que se ha entregado el sector. Mientras que la integración de chatbots capaces de simular una conversación humana se está desplegando bajo la promesa de acelerar la productividad de forma inmediata —una fórmula publicitaria aún por contrastar— la inversión en el metaverso no apunta a un retorno económico hasta el medio o largo plazo. Reality Labs, la división de Meta dedicada al desarrollo de productos y servicios de RV y realidad aumentada (RA), registró pérdidas operativas de 10.200 millones de dólares en 2021 y de 13.700 millones más el año pasado. Eso llevó a accionistas de Meta a denunciar públicamente esa estrategia.

Recortes en el sector

El otro factor que ha mermado este campo son las turbulencias económicas que atraviesa el sector, que en lo que va de 2023 ya ha despedido a más de 166.000 personas en todo el mundo, más que todo el año pasado. Tras dos décadas de fácil acceso al dinero, la inflación ha llevado a muchas compañías a adoptar recortes de personal e inversiones.

La mencionada carta de Zuckerberg era para anunciar una segunda ronda de 10.000 despidos acelerada después que las acciones de Meta se desplomaron un 64,45% en 2022, lo que llevó a una caída del 41% de sus beneficios anuales. Si en febrero Microsoft eliminó su división de metaverso industrial, a finales de marzo lo hizo Disney.

Inversión colosal

El metaverso ha pasado a un segundo plano, pero no ha desaparecido. Una reciente encuesta global de la consultora KPMG apunta que un 70% de los directivos de grandes compañías invertirá menos de un 5% en el metaverso este año, pero que un 60% cree que, cuando madure, será un "ecosistema comercial próspero".

Así, la inversión de la industria sigue siendo colosal. Así, Meta planea lanzar este año una nueva generación de auriculares, una mejora de la plataforma Horizon Worlds y una versión renovada de Quest, sus gafas de RV. Y lo hará sabiendo que, este año, la inversión "a largo plazo" (entre 10 o 15 años) le supondrá pérdidas aún más elevadas.

No es la única. Apple podría lanzarse a competir en ese mercado en los próximos meses con un casco en el que lleva siete años trabajando. Nvidia, la séptima empresa mejor valorada del mundo, sigue apostando por la construcción de esos espacios. Microsoft es la compañía que posee más patentes de tecnología relacionada con el metaverso, es propietaria del popular mundo virtual Minecraft y está tratando de cerrar la compra del gigante de los videojuegos Activision Blizzard. El 'gaming' es el mayor exponente actual de lo que el metaverso puede ser, lo que explica que empresas como Epic Games —creadora de Fortnite— o Unity y plataformas como Roblox estén entre las que más invierten en este campo. En esta carrera también destacan otras como Samsung, Magic Leap, Adobe, Verizon, Intel, Snap, Baidu o LG.

Un estudio de la firma analítica IDC apuntaba hace dos semanas que la venta de gafas de RV se había desinflado un 20,9% el año pasado, pero que entre 2023 y 2027 se disparará a un ritmo de un 32% anual. "Del texto al audio y al vídeo, la tecnología siempre ha ido a más inmersión", apunta Ortiz. "Yo no daría al metaverso por muerto".