El Atlético vaga errante, sin rumbo y no se parece en nada a ese equipo que llevaba la firma del Cholo, al que cuesta ver resignado asumiendo la nueva realidad de un equipo hecho para cotas más altas. A nueve puntos del líder en Liga, su reto será clasificarse entre los cuatro primeros, y de títulos, la Copa del Rey. El golpe anímico es tremendo, pero el golpe económico será brutal. Las cuentas no cuadran y se verá obligado a desprenderse de jugadores, incluso en este mercado de invierno.