El presidente de Castilla La Mancha, Emiliano García-Page, se ha mostrado hoy muy crítico con la reforma del delito de malversación aprobada por el Gobierno. "Le diría al Gobierno que no se esfuerce en explicar lo que es inexplicable, que no tiene defensa posible. Sería más fácil decir: lo hago porque no me queda más remedio...Sólo si fuera un santo me creería ingenuamente que esto disuade a los independentistas...De estos polvos vendrán lodos más profundos...Es un momento duro, que me duele como español y como militante".