La única acción que censura la Fiscalía por parte los agentes españoles que intervinieron en los sucesos del pasado 24 de junio junto a la valla de Melilla es que alguno de ellos lanzara piedras contra los migrantes para tratar de frenarlos. Un acto poco ortodoxo que deja en manos disciplinarias de la Guardia Civil, aclarando antes que no tienen constancia de que esas pedradas provocaran alguna lesión. Admitida esta premisa, la Fiscalía asegura que los 23 fallecimientos se produjeron en el lado marroquí de la frontera y todos ellos por asfixia durante una avalancha, cuando centenares de ellos trataban de atravesar una de las puertas que habían logrado abrir parcialmente. La Fiscalía apunta que los agentes españoles no fueron conscientes de que había sucedido esa avalancha en el lado marroquí, ni tampoco lo pudieron grabar las cámaras desde el lado español. Sí admite la Fiscalía que se produjo la entrega de 470 migrantes al lado marroquí, pero insisten, siempre bajo los preceptos legales.