El candidato Tamames ha regresado a la que fuera su casa con mucho entusiasmo. Ha saludado a un ministro comunista, a un independentista, ha calibrado la resistencia del micrófono y se ha puesto a escuchar. Aunque no ha gastado energías aplaudiendo al líder de VOX, el debate pronto se le ha hecho muy largo, pero aún le quedaba. Mucho que escuchar y cuando no oía bien se lo han repetido. Con todo, Tamames ha aguantado en su sitio, sin que se le pegaran los bostezos de Abascal. Toda una larga moción de censura.