De ser prácticamente uña y carne, a una relación que se ha puesto a prueba, y de qué manera, con el paso adelante de Yolanda Díaz y contar con Podemos como un partido más. Ya el hecho de esperar a después de las autonómicas y municipales supuso la primera grieta. Y a partir de ahí, la brecha no ha hecho más que agrandar. Con episodios virales, como la cita cuidadosamente elegida por Yolanda Díaz de un mitin de Pablo Iglesias en 2019, sobre la importancia de aunar voluntades cuando se coincide en el 90% del programa. O momentos especialmente agrios, con Iglesias muy molesto porque Díaz no defendiera expresamente a Irene Montero por el Sí es Sí. Tanto que cuesta pensar que por mucho amor que se ponga a partir de ahora, por mucho que se diga que tienen que confluir sí o sí, la herida abierta vaya a cicatrizar.