Artillería, misiles y tanques. Rusia sigue golpeando con todo lo que tiene la periferia de Kiev. Localidades como Bucha, Irpín o Gostómel no tienen descanso. Los civiles -ancianos, niños, discapacitados- huyen de sus casas prácticamente con lo puesto, con el silbido de las balas detrás de ellos. Según el Pentágono, todos los soldados que Putin concentró en la frontera ya están en Ucrania. 11.000 habrían muerto ya, según el Gobierno de Zelenski. Lo cierto es que Rusia está teniendo problemas enormes de abastecimiento. Los ucranianos están neutralizando sus convoys de combustible en emboscadas como esta. "Nosotros -dice este soldado- tenemos una fuerza que ellos no tienen: los ucranianos estamos peleando por nuestros hijos". En el frente, junto a ellos, están ya varios voluntarios llegados del extranjero. "He venido a luchar por la democracia", cuenta uno de ellos.