Rusia domina incontestablemente los cielos y el mar. Y aún así ha visto destruidos sus barcos y sus blindados gracias al uso de drones. Ha sufrido el parón de sus convoyes. Desabastecidos y sin suministros. Ha perdido a siete generales en combate. El caos organizativo ha sido tal que un coronel fue atropellado por sus propios soldados. Y, sobre todo, Rusia se ha encontrado a los ucranianos. Una resistencia generalizada y enérgica. De ahí ahora este cambio de planes. Que se vende como el fin de la primera fase de la invasión.