Dos coches todavía atrapados en la carretera a las afueras de Toledo recuerdan el caos que se vivió la tarde del miércoles. Algunos de los que estaban entre el fango pudieron salir por su propio pie, pero este niño de dos años tuvo que ser rescatado por los bomberos. En este centro de salud de Santa Bárbara tuvieron que salir corriendo y en los negocios de la zona hoy toca arreglar los destrozos de una riada que se llevó todo por delante. Los vecinos de Guadamur valoran las pérdidas materiales: la planta baja de algunas casas terminó completamente inundada. Todo sucedió en cuestión de minutos. En Cobisa se aprecia el granizo todavía intacto. Protección Civil ayuda a las familias que, como la de Teresa, no pudieron salvar nada más –ni menos- que su vida. Es lo único que les consuela porque no hay palabras para describir el desastre.