Se llama José Antonio, tiene 49 años y desde hace uno lo esperan en casa, en Irún (Guipúzcoa). Su pista se perdió el 19 de septiembre del año pasado. La mirada está en Madrid, la esperanza en sus calles. Desde allí llamó por última vez a su hermana: "me han robado todo el dinero y el móvil. Estoy comiendo en un albergue. Por favor, ¿puedes ingresarme algo para volver a casa?". La llamada se cortó. Desde aquel día, no hay más.

Conoce su historia.