Vencer y dejar casi sentenciada la eliminatoria o perder y regresar a casa bastante contentos, con un 1-1 que, aunque no se diga, se hubiese firmado antes de hacer el viaje a Melilla. El Cáceres Patrimonio de la Humanidad volverá esta tarde (19.00 horas, Radio Sansueña/Febtv.com) a enfrentarse al equipo de la ciudad autónoma lleno de la confianza --que no de la euforia-- que le da haber ganado, con un juego convincente, ocho de sus últimos diez partidos.

El 63-79 del viernes ha cambiado la dinámica de la eliminatoria de semifinales de ascenso a la Liga Endesa. Ahora es el Melilla el que tiene el factor campo en contra y quien, en el mejor de los casos, tendrá que ir a Cáceres a ganar al menos un partido, y eso si hoy consigue parar las furiosas acometidas del conjunto de Gustavo Aranzana.

A VUELTAS CON ANTELO Desde el equipo extremeño se apela en reiteradas ocasiones a la calma, consciente de que sería un error bajar el nivel de intensidad y pensar que el camino está más allanado de lo que parece. Falta todavía pelear dos victorias para enfrentarse al ganador de la serie Navarra-Menorca (0-1 por ahora, hoy también vuelven a jugar a las 19.00 horas).

En teoría, los problemas previos al primer partido se mantienen: el desgaste físico de viajes y partidos --el de hoy será el séptimo en 16 días-- y la ausencia prácticamente segura de José Angel Antelo. El ala-pívot gallego no entrenó ayer en la suave sesión que programada por la mañana --por la tarde hubo descanso-- e incluso estuvo a punto de ser enviado a Cáceres para que prosiguiese allí su recuperación, pero finalmente se quedó. Aranzana intentó jugar al despiste cuando se le preguntó sobre la cuestión: "No sé qué va a pasar. Ha mejorado. Pero es cierto que me gustaría que no jugase", declaró.

En todo caso, la demoledora actuación de Leon Williams el viernes (23 puntos y 10 rebotes con 10/11 en tiros de 2 en 21 minutos) permite pensar que la batalla del juego interior estará, como mínimo, equilibrada. Sergio Olmos sigue imponiendo a menudo sus centímetros y Justin Sedlak es un derroche constante de fuerza, aunque arrastre unos tremendos dolores de espalda.

"La tranquilidad tiene que ser la tónica. Hemos dado un paso importante, pero tenemos que sumar dos victorias más. El equipo está bien, pero esperamos que Melilla dé un paso adelante en todo, va a ser más difícil. Si ganamos lo habremos dado nosotros. Pero sobre todo, calma, paciencia y sobre todo humildad, no pensar que esto está hecho", indicó ayer Aranzana.

Según su versión, "ellos son favoritos para el partido. Tienen el factor campo. Lo que tenemos que hacer nosotros es, gracias a lo que hicimos en el primer partido, no tener que volver aquí en un quinto". Aranzana sigue teniendo problemas con su voz. El esfuerzo al que está sometiendo a su garganta durante estos playoffs lo está pagando.

RABIA LOCAL En el otro bando escoció, y mucho, lo ocurrido el viernes. Para Gonzalo García de Vitoria, entrenador del Melilla, la clave estuvo en "fallar muchos tiros liberados en el tercer cuarto, lo que nos creó cierta ansiedad". También se quejó de la falta de dureza de sus jugadores protegiendo su canasta. "Debemos ser mucho más intensos en defensa para jugar contra un equipo con tanto talento como Cáceres", explicó.

"En defensa, más que el problema en el rebote, donde realmente tuvimos problemas y es lo que tenemos que corregir son sus situaciones de bloqueos directos. En ataque no jugamos mal tácticamente, pero sí que tuvimos un mal porcentaje en el tiro", añadió.

El mensaje a sus jugadores fue claro, en la línea de que otra victoria no puede escapárseles para volar con opciones a Extremadura. "Pudo dar la sensación de que el equipo se venía abajo, pero ya ha demostrado que es capaz de todo. Lo que tienen que ver los jugadores es que tan solo se ha perdido un partido y que la eliminatoria anterior la empezamos igual. Con lo profesionales que son, saben que la imagen no es buena y eso les duele. Sabemos que la afición está con nosotros", aseguró García de Vitoria.