La opinión de la alcaldesa Ada Colau sobre los militares es conocida: no le gustan. Baste recordar que en marzo de 2016 les dijo que no eran bienvenidos al Salón de la Enseñanza de Barcelona, como si fuera el salón de su casa, y que, nueve meses después, los excluyó del Salón de la Infancia, si bien junto a la Guardia Civil, los Mossos d’Esquadra, la Policía Nacional, etc. Ahora ha querido ir un poco más lejos, pretendiendo crear un fichero de los agentes de la Guardia Urbana en el que conste su religión (¿crucifixion?), su ideología (¿populist?) o su vida sexual (¿masturbation?). Es decir, una ficha policial de los policías. Aunque los fichados serían solo los agentes que estén bajo investigación, se trata de una estupidez importante, sin duda, que daría para mucho, desde luego, solo que la alcaldesa Colau, en fin, se repite.

También es conocida la opinión de los que tienen el Valle de los Caídos por su particular valle de lágrimas: les ofende que se critique. Ahí está la querella de la asociación Defensa del Valle de los Caídos contra el programa El Intermedio por haber cometido la zafiedad --que no delito-- de construir una frase con «mierda», «Franco» y «cruz», tal que así: «Franco quería que esa cruz se viera desde lejos porque quién va a querer ver esa mierda de cerca». Bueno, un delito de mal gusto, si se quiere, pero no de ofensa religiosa, porque el Valle de los Caídos no es un símbolo religioso. Hórrido como toda la arquitectura fascista (y el adjetivo «fascista» es una definición, no un insulto, ya que hay una arquitectura fascista: la de Mussolini, imitada luego por Hitler y Franco), el Valle de los Caídos es un monumento que Franco mandó construir para sí mismo, no para mayor gloria de Dios. Y una cruz y un nombre bien elegido (ah, la fácil identificación con «valle de lágrimas») no lo convierten en un lugar sagrado. Es un símbolo franquista. Solo que hay españoles a los que la dictadura aún les repite.

Demasiado ajo. Una izquierda que regüelda populismo y una derecha que eructa franquismo. Así no hay forma de que España obtenga una estrella Michelin.