WLwa compañía Iberia y el sindicato de pilotos SEPLA firmaron el pasado miércoles un acuerdo para poner fin a la huelga iniciada el día 10 y que ha obligado a suspender unos 240 vuelos diarios. Los grandes perdedores han sido, como siempre, los miles de pasajeros que han debido suspender o alterar sus planes de viaje. La compañía no ha cedido más allá de lo que ya estaba dispuesta antes de que se iniciara el paro y los pilotos conservan su statu quo. Ha sido, pues, una huelga inútil.

Iberia se compromete a mantener el nivel de empleo de los pilotos y a no dictar despidos colectivos por causas objetivas, que es lo que éstos decían temer como consecuencia de la creación de Catair, la aerolínea de bajo coste participada por la compañía de bandera. Iberia garantiza que mantendrá los vuelos de muy larga distancia, segmento en el que las compañías de bajo coste no compiten. Y logra manos libres para su proyecto de Catair, porque se limita a no renunciar (ojo: no habla de garantizar) a la red de corto y medio radio. ¿Desde qué aeropuerto? Desde Barajas, naturalmente, como ya era su intención, porque Catair no operará desde el aeródromo madrileño. Pero sí lo hará desde el de Barcelona.