Cáceres fue la encargada de abrir el camino del patrimonio de la humanidad al rico legado cultural que ofrece Extremadura. Con su declaración en 1986, consiguió entrar a formar parte de un "club muy selecto de ciudades que pasean por el mundo sus atributos y méritos", señala su alcaldesa, Carmen Heras, en referencia a la pertenencia al Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad, "una red muy potente que permite proyecciones desde el punto de vista turístico", pero también ofrece una "proyección internacional y de una ciudad que tiene mucho que ofrecer".

La riqueza arquitectónica y las condiciones de conservación del centro histórico de Cáceres ha sido siempre su principal reclamo turístico, un conjunto patrimonial en torno al cual se organiza el resto de la ciudad, que además resulta potenciado por la "vitola de prestigio" de calidad que en si mismo conlleva formar parte de la selecta lista de la Unesco.

Pero pertenecer a este club no solo sirve para promocionarse, también obliga a estas ciudades a estar más encima si cabe de la protección y conservación de sus bienes. Carmen Heras resalta que ser Patrimonio de la Humanidad permite a una ciudad estar en contacto con organismos con el fin de buscar fondos y medios de financiación para solucionar problemas y mejorar el entorno y la conservación.

La alcaldesa sostiene que gracias a la declaración de la Unesco la ciudad ha tenido la oportunidad de ser más conocida en todo el mundo, algo que ahora debe aprovechar para su principal reto de futuro, conseguir la capitalidad europea de la Cultura. "Nuestro centro histórico patrimonio de la humanidad será una carta de presentación inmejorable para el proyecto Cáceres 2016".