Escaso conocimiento, expectativas y, sobre todo dudas ante la novedad. Son circunstancias que rodean a los agricultores ante el cambio de régimen agrario al de autónomo. EL PERIODICO ha cotejado la opinión al respecto de tres agricultores profesionales, dos de los cuales no tienen todavía muy claro lo que les va a suponer de cara a su futuro la nueva normativa vigente desde ayer.

Javier García es un joven agricultor que cultiva tabaco en la comarca cacereña de La Vera y que se da la circunstancia de que conoce muy bien el régimen de los trabajadores autónomos porque sus padres lo han sido durante muchos años. Los autónomos, asegura, "pagan una seguridad social grandísima y reciben una miseria de paga; cualquier obrero siempre está más amparado que un autónomo por ejemplo en el tema de las bajas, por eso, yo no veo ninguna ventaja". Este joven agricultor no se muestra partidario del cambio de régimen, aunque reconoce que "habrá quién sí lo este, pero creo que la mayoría no estarán contentos", comenta.

Algo más optimista se muestra José Delgado, un agricultor de 50 años de la localidad pacense de Novelda que lleva 25 años cultivando tomate, maíz y fruta en sus tierras. Aclara que no es un experto en la materia respecto al nuevo régimen, pero apostilla que "cuando se empezó hablar de todo esto nos dijeron que la cotización iba a subir y que las pensiones serían mejores, y eso es importante para mí porque ya tengo 50 años". En todo caso, se mantiene a la expectativa y espera "poder recibir después" la subida que ahora está pagando, ya que, afirma, "pago 200 euros al año y antes eran 180". Falta le hará, insiste, porque "aunque ahora todo el mundo habla de crisis, en el campo tenemos dificultades desde hace muchos años, con los precios que no suben en compensación a lo que lo están haciendo los costes de producción".

Situación distinta es la de Antonio Carretero, agricultor de 58 años de Montijo, que desde hace varios años, siguiendo el consejo de su gestoría se dio de alta como autónomo, creó su propia empresa --una sociedad limitada-- y con el tiempo ha contratado a sus dos hijos, que trabajan con él. Cuando tomó esta decisión lo hizo buscando ventajas fiscales y el poder contratar a su familia. "No veía lógico que para que mis hijos trabajaran tuvieramos que buscar a alguien que les diera de alta porque no podía hacerlo yo". Con el tiempo, asegura, cree fue una decisión muy acertada, porque "las ventajas son enormes; de hecho, es algo que está haciendo ya mucha gente del campo".

Por eso se alegra de que los agricultores puedan verse beneficiados ahora con las ventajas que presenta este régimen, más si cabe ahora, "con una crisis gorda en el campo".