Los protagonistas de esta edición de Womad han sido los vasos reutilizables. Ha sido la principal novedad que se ha exportado de otros festivales de Europa, donde ya se usan desde hace años. A Womad la iniciativa llegó, pero un poco tarde. Los establecimientos aplauden la idea, aunque se quejan de que se les comunicó con a penas un mes de antelación, lo que ha supuesto que la mayoría no haya tenido tiempo de serigrafiarlos con el logo de su local, lo que imposibilita que al cliente le sea devuelto el dinero que cuesta el vaso una vez que deja de utilizarlo.

Empecemos desde el principio. Este año al pedir una consumición, además de abonar esta, era necesario pagar un euro por el vaso, dinero que solo había que aportar la primera vez que se pedía, ya que este vaso podía utilizarse todas las veces que se quisiera y en cualquier barra. Pero además la iniciativa contemplaba la posibilidad de devolver ese vaso donde se había adquirido para recuperar el euros que había costado. En cambio solo estaba obligada a hacer esto la barra del propio festival, ubicada en el foro de los Balbos. Los locales privados podían hacerlo solo si querían.

La mayoría ha optado por no devolver el dinero, y lo explican: Al no estar serigrafiados los vasos uno no sabe si el que ha sido devuelto ha sido comprado en su local o en otro. Esto ha generado más de un contratiempo con los clientes. Piden que al año que viene se les avise con más tiempo de antelación para poder poner los nombres en los mismos. H SIRA RUMBO