Womad lo ha vuelto a hacer. De nuevo ha superado las expectativas de la organización y ha cumplido récords de público. Según los datos ofrecidos ayer por la directora del Gran Teatro, Silvia González, entre los tres días han pasado por los escenarios y por las diferentes actividades más de 155.000 personas (el año pasado fueron 150.000). Y una vez más, a pesar de las aglomeraciones, ni un solo incidente reseñable. Quizá eso es lo que más hay que agradecer al público de Womad, porque siempre responde. «Es una maravilla, al público no se le puede pedir más en cuanto a comportamiento, no puede ser mejor», decía ayer la directora del festival, Dania Dévora.

La cita ya es veterana en cuanto a seguridad (van 28 ediciones), lo que también ayuda. Este año se había preparado un dispostivo con más de 200 policías locales y nacionales, con presencia además de antidisturbios. En el dispositivo se contaba también con la colaboración de DYA, Ara y Cruz Roja. En materia sanitaria solo ha habido que atender a jóvenes con intoxicaciones etílicas y problemas de carácter leve.

Tampoco se ha permitido acceder al recinto con envases de vidrio, botellas o latas cerradas, principalmente para proteger la integridad de los asistentes. Aún así ni esta prohibición ni la iniciativa de los vasos reutilizables han conseguido frenar el botellón. Aunque sí es cierto que se ha visto menos volumen de basura al terminar los conciertos. Ayer no se ofrecieron datos de la recogida de residuos, pero la organización cree que será mucho menor a otros años, precisamente por la puesta en marcha de estos vasos (cabe recordar que cuando se pedía una consumición en las barras se debía abonar un euro por el vaso, que podía ser utilizado para el resto de consumiciones en cualquier local).

Para los vecinos de la ciudad monumental esta edición también ha sido positiva. Ellos han liderado la campaña ‘Eventos limpios’, para lograr que el festival sea compatible con los residentes de la zona. Según indica su presidente, Juan Manuel Honrado, «se ha notado menos basura en las calles adyacentes» y la incorporación de los denominados ‘baños seta’ (para chicos) ha ayudado a que se reduzcan las micciones en la vía pública. «Hemos logrado situar a Womad en una buena dirección y hay que seguir trabajando», afirma. Y lanza un órdago a las instituciones, para que se impliquen en la eliminación del macrobotellón, que se celebra sobre todo el viernes y el sábado.

En cuanto a lo artístico, también un éxito. En estos cuatro días (desde el jueves hasta ayer) se han desarrollado más de 60 actividades, entre conciertos, talleres infantiles (que este año han cambiado de sede y pasaron a celebrarse en el Museo de Cáceres), de baile y la actividad ‘El mundo de las palabras’, que ha contado con la participación de los actores Antón Reixa y María José Goyanes. «El festival cada vez tiene más cosas y la gente responde», indica la directora de la cita.

En lo que corresponde a la música, en tres días han desfilado por los escenarios de la plaza Mayor, San Jorge y Santa María 30 artistas de 14 países diferentes. El fin de fiesta llegó ayer con el pasacalles, en el que participaron todos los artistas. Ahora toca descansar para ponerse en junio a trabajar en la próxima edición.