Entrevista | Rafa Mateos Alcalde de Cáceres

«Hay dos símbolos en Cáceres: la Montaña y El Periódico Extremadura»

El alcalde de Cáceres, Rafa Mateos, durante el pregón.

El alcalde de Cáceres, Rafa Mateos, durante el pregón. / Carlos Gil

Miguel Ángel Muñoz Rubio

Miguel Ángel Muñoz Rubio

Sus padres le inculcaron la devoción por la patrona. Con ellos acudía a Caleros o a la concatedral cada Novenario y en Concejo veía a los alcaldes entregar el bastón de mando. Ahora, Rafa Mateos (Cáceres, 1981) disfrutará de ese honor en primera persona

-Entrega por primera vez el bastón demando como alcalde a la Virgen de la Montaña, patrona de la ciudad de Cáceres. ¿Qué supone para usted?

-Entregar el bastón de mando es el mayor honor como cacereño y como alcalde al que se puede aspirar. Recuerdo cuando siendo un niño acudía a la Procesión de Bajada y veía a los alcaldes cumpliendo esta tradición que ahora tengo yo también la suerte de poder realizar.

-Entre ellos el alcalde Antonio Canales, el primer socialista que presidió el ayuntamiento en tiempos de la Segunda República y que ha quedado en la memoria cacereña por su devoción a la Virgen.

-Así es. Porque por encima de ideologías y creencias es la patrona de todos los cacereños; también de los que n o practican la religión. Todos bajan durante el Novenario a visitar a la patrona, por su magia y su poder de convocatoria.

-La patrona es que supera las ideas políticas.

-Sin duda. Son nueve días en los que se siente que la Virgen está presente, por el dinamismo que llena toda la ciudad. Lo que ocurre en la concatedral durante el Novenario es un fenómeno único que a todos asombra, una veneración específica que no se ve en ninguna otra ciudad de España con estas características: la Montaña esos días nunca se queda sola.

-¿Y qué le pide usted como alcalde a la Montaña?

-Un futuro mejor para la ciudad y que a quienes tenemos la responsabilidad de gobernar nos ayude en la toma de decisiones en busca del bienestar y nos guíe en el futuro para que los cacereños forjen aquí sus proyectos y su vida.

-¿Cómo recuerda su infancia ligada al Novenario?

-Siempre bajaba de pequeño con mis padres y mis hermanas a Concejo y cuando era adolescente fue tradición que la esperáramos en Caleros o en la plaza. Eso sí, cada tarde acudíamos a visitarla a Santa María.

-¿Y esa devoción se la ha trasladado a sus hijos?

-Por supuesto. Subo con ellos al santuario con frecuencia. Lo hacía con mi padre todos los sábados por la tarde. Lo acompañábamos a la misa. Ahora esa tradición, siempre que puedo, la repito con mis hijos.

-Curiosamente usted no es hermano de ninguna cofradía.

-Mantengo la neutralidad (risas). No soy hermano de ninguna cofradía, pero tengo especial predilección por la patrona y por las cofradías del Amparo (al que siempre acompaño en su bajada en Semana Santa) y de los Estudiantes, de la que mis hijos sí son hermanos.

-Precisamente en la Cofradía de la Montaña se empieza a observar un relevo generacional.

-Creo que está asegurado pues es una cofradía muy viva, con gran presencia de los jóvenes a lo largo de todo el año e históricamente muy comprometida con la sociedad de Cáceres. Es muy satisfactorio ver cómo conviven los hermanos mayores con los jóvenes.

-Además, este año se celebra el centenario de la Coronación Canónica de la Virgen, una efemérides que ya vivió este periódico, que en 2023 cumplió un siglo como diario decano de la región.

-Sin ninguna duda los dos grandes símbolos de la ciudad son la Virgen de la Montaña y El Periódico Extremadura, que tradicionalmente el Día de la Madre, coincidiendo con la Procesión de Subida siempre obsequia a sus lectores con un regalo, como una taza o un medalla que adquiero en el quiosco. Insisto, qu ehay dos símbolos en Cáceres: la Montaña y el Extremadura, tan cacereño como la Virgen.

-La Procesión de Bajada contará con la presencia del Nuncio Apostólico de Su Santidad el Papa, Monseñor Bernardito Auza, el quinto Nuncio que vivirá la tradición más multitudinaria de la ciudad de Cáceres.

-Es todo un honor que el Nuncio haya tenido a bien acudir a la Procesión de Bajada y es algo de lo que nos sentimos tremendamente orgullosos.

-Precisamente, el pasado 13 de abril mantuvo usted una audiencia con el Papa en el Vaticano.

-Fue un honor inmenso como alcalde y como creyente practicante. Un acto realmente emocionante en el que tuve la oportun idad de recorrer dependencias privadas del Vaticano, departir durante 45 minutos con Su Santidad junto al resto de alcaldes del Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España y luego pude conversar privadamente con él. Es algo que no olvidas en la vida.

-¿Y en esa conversación privada, qué le dijo?

-Le transmití el afecto de los cacereños y de nuestro obispo, don Jesús Pulido. Le comenté que en Cáceres celebrábamos este año el Centenario de la Coronación Canónica y me sorprendió que se tratara de un hecho del que era conocedor, tanto del Centenario, como de la Procesión de Bajada, de la visita del Nuncio y del fervor de los cacereños a la Virgen bajo la advocación de la Montaña. También abordamos asuntos más personales, hablamos de mi familia y le pedí que rezase por los cacereños. Desde luego ha sido la experiencia más importante que he vivido como alcalde.

-Este año se ha declarado El Redoble como himno de Cáceres, y en la Procesión de Bajada se estrenará la Marcha Caleros, de Manuel Sellers. ¿Cree que nos hemos quitado complejos que históricamente nos han arrastrado?

-Sin ninguna duda. Los cacereños tenemos que dejar atrás nuestros complejos. No somos ni más ni menos que nadie puesto que nos hemos convertido en un referente internacional del turismo de calidad y aspiramos a obtener el título de Capital Europea de la Cultura. La ciudad tiene condiciones de sobras para lograr esa candidatura. Nuestra Procesión de Bajada es Fiesta de Interés Turístico Regional y en Cáceres se puede invertir, habrá suelo industrial y los jóvenes podrán quedarse. Empezamos a creer en nosotros mismos y a llevar con orgullo nuestra raíz. n

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