El Cáceres Patrimonio de la Humanidad descuenta los días para el inicio de la temporada oficial en la LEB Oro, que será el próximo día 6 en la pista del Barcelona B. Antes tendrá, mañana, su último amistoso con el torneo cacereño ante el Betis. Ayer la plantilla se dio un pequeño homenaje en común con un completo y copioso desayuno en el hotel Barceló V Centenario... aunque luego tocó entrenamiento físico en el jardín del recinto.

En el vestuario están ilusionados, pero a que no ha sido la pretemporada soñada precisamente: la precipitada salida de Anton Grady, la desafortunada lesión de Andy Mazurczak, la larga espera hasta que Angelo Chol llegase el pasado miércoles... Hasta parece quedar en un segundo plano la inesperada derrota en la Copa Extremadura ante el Plasencia.

«Ha sido una pretemporada accidentada», reconoció Ñete Bohigas, que inicia su sexta campaña al frente del equipo, cuarta en la segunda categoría. «Todo lo que nos ha pasado nos ha trastocado la forma de trabajar. No era lo que yo esperaba, pero todavía quedan los días suficientes para preparar el partido de Barcelona», aseguró.

Aparte del problema de Mazurczak, que estará al menos dos meses de baja, también se espera la reaparición de Dani Martínez, lesionado de gravedad el pasado mes de febrero y al que los médicos le exigen esperar para escenificar una reaparición sobre la pista que está ya anhelando.

El sino de las lesiones

«Es el triste sino de los últimos años, pero quiero ser positivo. Hemos formado un buen grupo humano y esa es la base para el trabajo de todo el año. También hemos hecho un buen trabajo físico. Nos queda mejorar tácticamente mucho», reconoció el técnico verdinegro, que pone el ojo en la semana previa al debut liguero. «Ahí es donde vamos a tener que apretar. Hay cosas que todavía están muy en el aire, pero espero llegar con el suficiente nivel», deseó.

Respecto al partido ante el Betis, lo consideró «un entrenamiento» porque, mantuvo, no le da «importancia a los resultados en pretemporada, ni para bien ni para mal. Los pongo todos entre comillas». Eso sí, destacó que que la sevillana es «una plantilla llamada al ascenso» y que «va a ser un test muy exigente. Vamos a competir y a ser duros».