El baloncesto extremeño espera acontecimientos ante el parón de sus competiciones, que bien podrían derivar a cancelación dependiendo de cómo se vaya resolviendo la cuarentena. Las ligas que organiza la Federación Española (FEB) en la que hay equipos de la comunidad (LEB Oro con el Cáceres, Liga Femenina Endesa con el Nissan Al-Qázeres y EBA con Torta del Casar y Adepla) están suspendidas. En principio se decretaron 15 días, que suponía dos jornadas, las del pasado fin de semana y la del próximo, y ayer se amplió el plazo al del 28-29 de marzo. Sin embargo, empieza a parecer obvio que seguirá sin haber deporte --ni profesional ni aficionado-- durante más tiempo, lo que abre un enorme interrogante sobre lo que pasará.

21 de los 24 equipos de la LEB Plata, que tras el descenso del Plasencia la pasada temporada no tiene extremeños, solicitaron que se dé por acabada la temporada intentando evitar mayores pérdidas económicas que las que ya se han producido.

Algunas noticias alimentan la creciente sensación de que todas las ligas se cancelarán, especialmente una relacionada con el B The Travel Brand Mallorca-Palma, uno de los grandes favoritos al ascenso a la Liga Endesa. Según publicó Diario de Mallorca, el club ha decidido disolver la plantilla, convencido de que la LEB Oro no se reanudará. Sus planes son rescindir los contratos de jugadores y técnicos y el primer paso ha sido pedirles que se marchen a sus lugares de origen. En un comunicado, la entidad reconoció que estaba valorando «las opciones jurídicas para resolver la situación de emergencia».

El objetivo es recortar gastos. Todos los club están trabajando individualmente cómo afrontar esto a nivel individual. El más avanzado parece el Levitec Huesca, también de la LEB Oro, que ya admite abiertamente que realizará un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) para que el estado asuma los sueldos de sus empleados hasta que puedan volver a la actividad.

PACIENCIA EN EXTREMADURA / Es un paso que todavía no se ha dado en Extremadura, donde se ha optado por aguardar acontecimientos en todos los sentidos.

Por descontado, ni Cáceres --que tiene dentro de su estructura organizativa al Torta del Casar, su filial-- ni el Al-Qázeres dan por concluidas todavía sus ligas ni han disuelto sus plantillas. Sí que se han mostrado comprensivos con sus jugadores, particularmente los que proceden de otras ciudades. Se les ha dado libertad para irse con sus familias con la promesa de que regresarán en el caso de que las competiciones se reanuden. Es una opción que han aprovechado la mayor parte de los extranjeros.

La batalla contra el tiempo es inexorable y puede que, cuando la situación se normalice, ya no haya fechas suficientes para respetar el formato de cada liga. En LEB Oro restan diez jornadas y luego habría que jugar una ronda de ‘playoff’ a cinco partidos, en la que hoy por hoy estaría el Cáceres gracias a su novena posición, y una ‘final a cuatro’ para decidir la segunda plaza de ascenso.

Mientras, en máxima categoría de mujeres solo quedan cuatro partidos más las eliminatorias por el título para los ocho mejores. El Al-Qázeres está enfrascado en la lucha por la permanencia.

¿Qué hacer? ¿Esperar y jugar lo que se pueda con una nueva fórmula que acorte fechas o dar por anulado todo, sin campeón, ni ascensos ni descensos? Todos los protagonistas asumen que solo jugar todos los partidos ofrecerá un resultado justo, pero en la actual circunstancia nada se puede descartar.