Nada es como hace un año. Son muchas las empresas que han tenido que cerrar o solicitar ayudas ante un futuro incierto. Las instituciones europeas auguran un duro varapalo para la economía, que tardará en recomponerse. No parece un buen momento para comenzar una aventura empresarial, pero, incluso en esta situación, existen valientes. Daniel Domínguez y José Luis Gómez son un ejemplo de ello.

El 6 de julio abrió sus puertas B-MOOD, un «centro de difusión del baloncesto», como explica su creador, situado en el Parque Empresarial de la Mejostilla. Domínguez ha decidido llevar las canchas de baloncesto a un nivel nunca antes visto en la ciudad. Las instalaciones cuentan con dos naves, en las que se distinguen varias pistas de baloncesto 3x3. En ellas se pueden realizar trabajos de formación con los más pequeños, de tecnificación con adolescentes y partidos entre jugadores de todas las edades.

Pandemia

PandemiaCuidan que el contacto entre deportistas sea el mínimo. A cada jugador que participa en actividades de formación o tecnificación le asignan un balón, previamente desinfectado, de uso exclusivo. A los más pequeños les desinfectan las manos constantemente y les recuerdan que deben evitar todo tipo de contacto con terceros. El virus ha modificado tanto el panorama que incluso les ha obligado a cerrar los vestuarios.

Las instalaciones deberían funcionar desde mayo. Es más, las obras ya habían comenzado cuando se decretó el Estado de Alarma. Aun así, y con todas las precauciones posibles, Domínguez vio como «una oportunidad» abrir tras el confinamiento. «Después de todo lo que ha pasado, la gente tiene ganas de jugar», asegura. Y tiene razón. Hay jugadores que no quieren asistir a pistas públicas por miedo a contagios, pero sí pueden ver en B-MOOD la oportunidad de practicar, con seguridad, el deporte que les gusta.

La idea tiene algo más de un año. En un viaje a Toulusse, Daniel Domínguez descubrió grandes centros deportivos enfocados al baloncesto y su tecnificación. Se le encendió la bombilla y pensó que estaría bien llevarla a cabo en España, donde no existe tal tradición. Apostó por Cáceres por ser su ciudad y optó por el formato 3x3 porque «se está poniendo de moda», y es que este verano iba a ser una nueva disciplina en los Juegos Olímpicos de Tokio.

Una de las novedades de la empresa es la forma en la que los socios solicitarán disputar partidos. Se registrarán en una aplicación móvil en la que indicarán la fecha y hora deseadas. Cuando estén los jugadores necesarios, la propia aplicación lo notificará.

Cambio de planes

Cambio de planesPara el empresario José Luis Gómez, el confinamiento ha sido un contraste en lo que a lo laboral se refiere. Ha habido cosas buenas y otras malas. Lo negativo ha sido la inviabilidad de un proyecto que tenía entre manos. Pero eso también ha sido bueno para él, porque durante el Estado de Alarma ha decidido variar ese proyecto y adaptarlo a otro que ha puesto en marcha: Triángulo FIT Center. «Un nuevo concepto del mundo fitness, donde el secreto está en realizar ejercicio en un espacio semi-abierto», como él mismo describe.

La empresa, ubicada en el Polígono Industrial Las Capellanías, busca dar un «mejor servicio» que un gimnasio convencional. Anteponen el espacio amplio para la realización de todas las actividades. Según Gómez, es un buen lugar porque «no se molesta a nadie, es fácil aparcar y hay mucho espacio para realizar entrenamientos al aire libre». Son esas clases dirigidas a grandes grupos en exteriores lo que el centro deportivo quiere priorizar, siempre y cuando lo permitan las condiciones climatológicas. También afirma que es una «buena ubicación» al no haber «ningún otro centro deportivo de similares características» en la zona.

Por las restricciones actuales de Sanidad, el espacio solo puede albergar 280 personas como máximo. A la entrada le toman la temperatura a los clientes, que están obligados a llevar su propia toalla y el DNI. Para cuidar las instalaciones, el centro les suministra otra toalla y gel desinfectante para limpiar cada una de las máquinas que utilicen. Tras los estiramientos pertinentes de los ejercicios dirigidos por monitores, dedican unos minutos a que cada usuario desinfecte su máquina. Gómez asegura que todos los usuarios «dan ejemplo», manteniendo la higiene de todas las máquinas, «por el bien de los compañeros que se ejercitan».

Durante el confinamiento, los monitores de Triángulo FIT ofrecieron clases gratuitas a través de internet, logrando «mucha audiencia», según afirma el director. La estrategia les ha permitido trasladar buena parte de ese público a las instalaciones. Han pasado de ejercitarse en casa a hacerlo en espacios amplios. Nada que ver.

En las últimas semanas son cientos de miles las empresas que han solicitado ayudas. No solo es complicado mantener un negocio que haya sufrido los efectos de la crisis, tampoco hay esperanzas ni ganas para emprender. O no muchas, porque Daniel y José Luis han demostrado que sí se puede. Ellos han dado el paso. Son valientes en tiempos de coronavirus.