Cuenta Tamara Sánchez (Montijo, 1982) que empezó en el mountain bike por casualidad, por probar junto a su marido. Le cogió el gustillo, dice, «y me acabó gustando incluso más que a él. Mordí el anzuelo y solo quería seguir adelante». Ahora es una ilusionada del mountain bike (MTB) y de la bicicleta en general, como ella misma se define cuando le preguntan. Este es su primer año en el Extremadura-Ecopilas y, aunque apenas ha podido correr por la pandemia del covid-19, tiene muchas ganas de demostrar de lo que es capaz.

Tanto, que incluso decidió hacer un paréntesis a su vida laboral cuando fichó por el Ecopilas y poder así «disfrutar de lo que más me gusta». Siempre había sido capaz de compaginar el trabajo (en un supermercado de Mercadona) y el mundo profesional deportivo, aunque en este caso, confiesa, le era imposible. No por los entrenamientos, sino por la competición. Reconoce que durante el confinamiento llegó a arrepentirse, pero ya lo ha superado. «Me di cuenta que la vida hay que vivirla y que esto es solo un bache que hay que superar».

Y por eso su ilusión por la bicicleta de montaña es cada día mayor. «Lo que más me gusta es la satisfacción personal que produce. Cada día que salgo a entrenar, algo que me gusta incluso más que competir, siento mucha satisfacción cuando hacemos sprint, una serie o sales con algún compañero que te va corrigiendo de los fallos que puedas cometer. Diría que la esencia del MTB es lo que más me gusta y lo que le hace especial. También adoro salir con mis compañeros porque me permite crear lazos con ellos y realmente son amigos para mí».

Y como disfruta tanto encima de una bici, tiene claro que «hay Tamara para rato». Por eso no piensa en el momento de la retirado. «No me pongo fecha de caducidad, no sé cómo será mi vida dentro de cinco o diez años, pero sí es verdad que decidiré según me aporte la situación y, mientras tenga ilusión y ganas, no quiero parar. Pienso que hay que vivir la vida, por supuesto que hay que estudiar y trabajar, pero también hacer algo que te llene y te guste».

A pesar del parón por el covid, la ilusión por competir con el Extremadura Ecopilas y cree que el equipo se está preparando bien para cuando vuelvan las carreras.

También agradece el apoyo de aquellos que la siguen y le animan. «En este deporte tú mismo eres quien hace el esfuerzo y el que se sacrifica y sin la motivación que nos dan los fans sería imposible. Yo en las quedadas me siento muy querida y me da fuerzas para seguir trabajando», añade esta biker, que ve al deporte femenino creciendo lentamente, sobre todo a nivel de competición. «Veo a muchas chicas que salen con sus bicicletas a entrenar, no al punto de competición, pero sí hacen quedadas y socializan tanto en este deporte como en cualquier otro», apunta Tamara, con ganas de que vuelva la competición para disfrutar al máximo de su pasión.