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Un susto con lección de vida

Jesús Vázquez, histórico jugador del CF Extremadura y ex técnico del Villanovense hasta hace poco, se recupera de un problema de corazón del que ha sido intervenido

Jesús Vázquez junto a su familia

Jesús Vázquez junto a su familia / EP

Todo ocurrió durante la noche de Halloween. Jesús Vázquez, todo un clásico del CF Extremadura y hasta hace poco en el staff técnico del Villanovense, salió de fiesta con su pareja y sus hijos a un parque. No más allá de la media noche, regresan a casa y se duermen. De repente, Jesús se despierta en mitad de la noche para ver en el móvil, pero el brazo, no le responde. No es capaz de coger el teléfono. Le trata de quitar importancia. Trata de dormir. No puede. Y decide hacer la misma operación. El brazo sigue inmóvil. Trata de despertar a su mujer, pero se da cuenta de que balbucea al hablar. «Ahí ya supe que me estaba pasando algo y llamamos rápido a la ambulancia».

Jesús es un tipo sano. A sus 43 años, sigue con un físico envidiable, propio de su longeva etapa de futbolista. Pero de repente, un inicio de ictus le avisa. Después de una semana ingresado en el hospital, los médicos le detectan un problema congénito en el corazón. Uno de esos que sólo aparece con exhaustivas pruebas médica. Y normalmente, cuando ha pasado un aviso serio. «La verdad es que con mi edad, y por cómo me encuentro físicamente, no podía imaginar que esto estuviera en la agenda de mi vida. Que me pudiera pasar algo así».

Ha sido intervenido con la técnica de cateterismo y, tras una lenta recuperación, la pasada semana ya recibió el alta laboral para incorporarse al cuerpo técnico del San Roque de Lepe, donde ahora es ayudante de Juanma Pavón, el mismo técnico con el que trabajó en el Villanovense.

Para Jesús, el fútbol ha sido clave en su recuperación. Pero sin el balón de por medio. «Han sido una infinidad de mensajes desde todos los lugares de España y del extranjero. De verdad, en esos momentos, esos mensajes son gasolina para recuperarte lo antes posible y volver».

Y, por supuesto, esto da lecciones de vida. «Ahora cuando veo a alguien sólo quiero abrazarle y sentirlo. He aprendido que no le damos el suficiente valor a esas cosas del día a día, de la rutina, que hacemos pero que no vemos por ir siempre deprisa. Ahora estoy apreciando todos esos momentos».

El fútbol extremeño también se ha volcado en mensajes de ánimo para Jesús Vázquez, que además es presidente de la Federación Española de Padbol, un deporte novedoso que mezcla el fútbol con el pádel y que empieza a tener cada vez más adeptos. Es otro de sus retos, hacerlo un deporte de masas. Pero con tranquilidad, sabiendo que la vida tiene su propia velocidad.