El consejero de Agricultura, José Antonio Echávarri, ha participado en la primera de las doce jornadas que llevarán a un rebaño de 180 vacas avileñas hasta las sierras del norte en busca de los pastos frescos de la montaña castellano-leonesa, apoyando así la iniciativa trashumante de sus ganaderos.

Echávarri, acompañado por el director general de Desarrollo Rural, José Luis Gil Soto, ha seguido al rebaño a caballo durante una parte del trayecto, en las proximidades de Navalmoral de la Mata, con el objetivo de respaldar la trashumancia.

Esta es una práctica que ha ido cayendo en desuso y que, sin embargo, supone un beneficio tanto para los ganaderos que la practican, como para la propia sociedad, pues se contribuye así al mantenimiento de la amplia red de vías pecuarias, según ha defendido hoy el Gobierno.

El rebaño ha partido desde la finca Saucedilla, ha hecho escala en Navalmoral de la Mata y saldrá de Extremadura el viernes, para subir a Ávila por el Puerto del Pico, donde será recibido por diversas autoridades de la Comunidad Autónoma de Castilla y León.

La trashumancia, que durante siglos fue una práctica habitual, se realizaba para buscar en invierno los pastos del sur, cuando los del norte quedaban cubiertos por las nieves; y a principios de verano hacia el norte, en busca de los pastos frescos de las sierras norteñas cuando los del sur se agostaban.

Esta práctica, escasa ya por diversos motivos, sigue practicándose por algunos ganaderos, cuyo ganado aprovecha durante el viaje los pastos que existen en la propia vía pecuaria.

Según el Gobierno regional, esta práctica no solo beneficia al ganadero por el aprovechamiento de la comida para el ganado, sino que también sirve para limpiar las vías pecuarias, previniendo así incendios que puedan producirse en las propias vías pecuarias.

Durante el viaje el ganado es controlado por jinetes a caballo, lo que también convierte la trashumancia en una estampa cada vez más demandada por turistas que se suman a participar de algunos de estos recorridos.

Así, es frecuente que algunos ganaderos lleven en su caravana fotógrafos, medios de comunicación y amantes de la trashumancia, generando en torno al tránsito ganadero también cierta actividad económica en los pueblos por donde se discurre.