Hasta el año 1303, en el que el rey castellano Fernando IV concede a la villa cacereña la autorización para poder construir casas fuera del recinto amurallado, no podemos hablar propiamente de Cáceres como un espacio para la vida de gentes de todo pelaje y condición. El nacimiento de un arrabal artesano supone el inicio del impulso urbano extramuros.
Galería | Barrio Nuevo de Cáceres
Hasta el año 1303, en el que el rey castellano Fernando IV concede a la villa cacereña la autorización para poder construir casas fuera del recinto amurallado, no podemos hablar propiamente de Cáceres como un espacio para la vida de gentes de todo pelaje y condición. El nacimiento de un arrabal artesano supone el inicio del impulso urbano extramuros.
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Hasta el año 1303, en el que el rey castellano Fernando IV concede a la villa cacereña la autorización para poder construir casas fuera del recinto amurallado, no podemos hablar propiamente de Cáceres como un espacio para la vida de gentes de todo pelaje y condición. El nacimiento de un arrabal artesano supone el inicio del impulso urbano extramuros.
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Hasta el año 1303, en el que el rey castellano Fernando IV concede a la villa cacereña la autorización para poder construir casas fuera del recinto amurallado, no podemos hablar propiamente de Cáceres como un espacio para la vida de gentes de todo pelaje y condición. El nacimiento de un arrabal artesano supone el inicio del impulso urbano extramuros.
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Hasta el año 1303, en el que el rey castellano Fernando IV concede a la villa cacereña la autorización para poder construir casas fuera del recinto amurallado, no podemos hablar propiamente de Cáceres como un espacio para la vida de gentes de todo pelaje y condición. El nacimiento de un arrabal artesano supone el inicio del impulso urbano extramuros.
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Hasta el año 1303, en el que el rey castellano Fernando IV concede a la villa cacereña la autorización para poder construir casas fuera del recinto amurallado, no podemos hablar propiamente de Cáceres como un espacio para la vida de gentes de todo pelaje y condición. El nacimiento de un arrabal artesano supone el inicio del impulso urbano extramuros.
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Hasta el año 1303, en el que el rey castellano Fernando IV concede a la villa cacereña la autorización para poder construir casas fuera del recinto amurallado, no podemos hablar propiamente de Cáceres como un espacio para la vida de gentes de todo pelaje y condición. El nacimiento de un arrabal artesano supone el inicio del impulso urbano extramuros.
Hasta el año 1303, en el que el rey castellano Fernando IV concede a la villa cacereña la autorización para poder construir casas fuera del recinto amurallado, no podemos hablar propiamente de Cáceres como un espacio para la vida de gentes de todo pelaje y condición. El nacimiento de un arrabal artesano supone el inicio del impulso urbano extramuros.