Tomahawk de wagyu ibérico, gambas de cristal, torreznos cocinados a baja temperatura y patatas revolconas, gazpacho de picota o tartar de atún son algunas de las interesantes propuestas del equipo culinario de Miguel Díaz, el chef que ha revolucionado la oferta gastronómica cacereña desde hace solo unos meses. Está al frente de los fogones de la Casa del Sol, un establecimiento que se ‘necesitaba’ en la ciudad monumental de Cáceres, porque supera los límites de un mero restaurante para convertirse en albergue y centro de interpretación. Este complejo gastronómico en pleno corazón monumental se encuentra en un edificio del siglo XVIII, anexo a la Casa del Sol donde se encuentran los misioneros de la Preciosa Sangre, congregación propietaria.

Tras una reforma de 1,5 millones, realizada por Construcciones Abreu, este edificio de Bien de Interés Cultura, abrió sus puertas en diciembre del 2019.

Miguel Díaz, Chef de la Casa del Sol, explica que desde entonces son muchos los cacereños que la eligen para comer en el casco histórico. Además, son muchas las empresas que demandan nuestros servicios para hacer sus reuniones de trabajo o eventos, ya que la Casa del Sol dispone de una variada infraestructura para que todo resulte a pedir de boca.

A causa del confinamiento tuvieron que suspender 380 comidas, pero ya se han adaptado las instalaciones a la ‘nueva normalidad’ y ahora la afluencia de comensales es constante a estas instalaciones tan cuidadas. Tiene un aforo de 240 personas y la terraza -con vistas insólitas a la ciudad monumental- se ha convertido en un gran reclamo especialmente los fines de semana. Muchos son los turistas que entran en la Casa del Sol atraídos por el coqueto centro de interpretación que cuenta la historia Vicente de Ovando y Solís (1783-1864) y de cómo contactó con la Orden de la Preciosa Sangre en Italia.

“Estamos sorprendidos y agradecidos al cacereño, que después de todo lo que nos ha tocado vivir en estos últimos meses, están acudiendo muy asiduamente a comer al restaurante. Tenemos clientela muy fiel a pesar del poco tiempo que llevamos, y eso, nos da una motivación extra si cabe para seguir trabajando y ofreciendo lo mejor de nosotros mimos a esta gran ciudad.”, explica Miguel Díaz.

Los eventos en terraza se multiplican y así tras una cata de waygu ibérico el próximo día 17 de julio habrá una cena con maridaje de cerveza y concierto de violín. Y no hay posibilidades de aburrirse con la carta pues la intención de Miguel Díaz y su equipo de colaboradores es cambiar cuatro veces al año, coincidiendo con las estaciones. Otro de los alicientes de la Casa del Sol es la perfecta fusión entre los elementos antiguos del palacio- casa de los Vargas Figueroa con la decoración más vanguardista.

UN ESPACIO AMABLE. Cuando el comensal llega a la Casa del Sol se encuentra con un espacio amable en todos los sentidos, no solo por las atenciones de sus profesionales, sino por la armonía que se respira en cada estancia de los 1.000 metros cuadrados que tiene. El restaurante también se ha caracterizado por el apoyo a los productos de la tierra y ‘pegados’ a la economía de la ciudad bajo la filosofía del ‘kilómetro cero’.

La Casa del Sol se ha convertido ya en un gran argumento para la visita de los viajeros que quieren conocer la ciudad monumental de Cáceres y lo más selecto de su gastronomía. A pesar del poco tiempo que lleva abierta al público se ha ganado por derecho propio un espacio destacado en el universo del buen yantar extremeño.