La plantilla de trabajadores de la Fundación San Juan de Dios de Extremadura, que ahora gestiona el hospital Nuestra Señora del Pilar, la residencia, un servicio de ayuda a domicilio y el Economato Social, han emitido un comunicado expresando su “enérgico rechazo” a la situación de incertidumbre creada una vez que se anunció ayer, por medio del alcalde, José María Ramírez, que las negociaciones para la entrada de un nuevo operador que garantizara todos los servicios a partir de 2021 están rotas.

“Mostramos la preocupación por los puestos de trabajo que se van a perder y que tantas veces nos han prometido que se iban a mantener. Queremos destacar la angustia que nuestros mayores y pacientes están viviendo ante esta situación de incertidumbre”, dicen en el escrito. Los trabajadores hacen hincapié en el duelo que están sufriendo muchos de estos mayores que llevan más de 20 años en los respectivos centros. “Pierden un lugar que muchos consideran ya su hogar, además de perder a los trabajadores, que somos como su familia”, indican.

Los trabajadores de la Fundación, que se encuentran en un proceso de despido colectivo que afecta a 113 empleados, recuerdan que con el cierre de la empresa se pierde un servicio centenario y “único en Extremadura” que presta una atención especial, indicando que el recorte asistencial es “considerable y eso lo perderemos todos”.

Asimismo, instan a todos los vecinos de Almendralejo y la comarca de Tierra de Barros a que se sumen a cada una de las iniciativas que se van a ir proponiendo para hacer revertir la situación. “Hay que recordar que la pérdida de esta institución nos afecta a todos y no nos olvidemos que vamos a necesitarque nos cuiden a lo largo de nuestra vida”, subrayan.

Por otra parte, en el mismo comunicado, han querido agradecer las muestras de cariño y apoyo que están recibiendo en estos momentos desde que se conoció este lunes la noticia y que “son palabras de aliento que ahora nos dan un hilo de esperanza y ánimo”.

Traslados

Traslados Los trabajadores del centro hospitalario Nuestra Señora del Pilar y de la residencia que gestiona la Fundación salieron ayer al patio del parque de la Piedad a despedir a algunos de los usuarios que empezaron a ser trasladados a otros centros residenciales. Muchos de ellos acabarán en una residencia de Almendralejo y otra de Villafranca de los Barros.

Muchos no han querido hablar en público, pero los familiares admiten que para ellos es un quebradero de cabeza la situación porque supone quebrar la estabilidad de personas mayores que ya tienen una vida encauzada con rutinas. Hay que recordar que el alcalde dijo que no habían tirado la toalla y se seguían buscando soluciones antes de final de año.