La Comisión Europea revisó ayer al alza en 0,3 puntos las previsiones de crecimiento económico para España este año hasta situarlas en el 3,7% y rebajó en la misma cifra la previsión de inflación hasta dejarla en el 2,5%. "La economía española vuelve a sorprender teniendo mejores resultados de los que habían sido previstos, tanto en relación con el producto interior bruto (PIB) como con la inflación", destacó el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, al presentar las previsiones económicas intermedias de la Comisión Europea.

El informe concluye que la economía europea y española seguirá creciendo en el 2007 a "un buen ritmo", por lo que el Ejecutivo comunitario elevó también en 0,3 puntos sus previsiones iniciales de crecimiento para la Unión Europea (UE) y la zona euro en el 2007, que se situarán en el 2,7% y el 2,4%, respectivamente. La caída del precio del petróleo ha frenado la inflación, que se situará en el 1,8%, también 0,3 puntos menos de lo previsto, y por debajo del objetivo del 2% de contención de los precios del Banco Central Europeo.

"La actividad económica en España ha seguido acelerándose en el 2006 y la inflación, que alcanzó un máximo en el verano, ha disminuido hasta acabar el 2006 en un 2,5%", precisó Almunia. De nuevo, España mantendrá en el 2007 el mayor ritmo de crecimiento entre los principales países de la UE, con una tasa casi igual a la del año anterior.

DESEQUILIBRIO No obstante, el informe advierte que la expansión sigue basada en la demanda interna, con una insuficiente contribución de exportaciones, por lo que el déficit de la balanza de pagos por cuenta corriente puede marcar la cifra récord del 9,5% del PIB a finales del 2007. La rápida reducción de la inflación, gracias al abaratamiento del crudo y la moderación salarial, permitirá a España recortar a la mitad su distancia respecto a la media de la eurozona.