Lleva apenas año y medio en el cargo pero ya ha adquirido ciertos hábitos como una defensa numantina del proyecto y de su líder, José Luis Rodríguez Zapatero, frente a propios y extraños. Leire Pajín (San Sebastián, 1976) también ha aprendido a desviar ciertas críticas hacia el PP.

--¿Cuál es su modelo ideal de España?

--El modelo que tenemos. Creo que representa la pluralidad de nuestro país. Es un modelo en el que uno es libre de mantener la identidad cultural que crea conveniente, teniendo una unidad jurídica y política evidente.

--¿La dirección del partido comparte la puerta abierta de Txiki Benegas a que se recupere el recurso previo de constitucionalidad?

--Esa fue una reflexión personal. No es, en ningún caso, un tema que esté encima de la mesa, en absoluto, en la dirección del grupo parlamentario o en la dirección del partido. Lo que puede parecer positivo en términos de no tener que modificar instrumentos legales fundamentales, después de haber sido votados por los ciudadanos puede también prejuzgar y colapsar la iniciativa legislativa del Congreso de los Diputados si todas las iniciativas que pasaran por ahí tuvieran que ser primero prejuzgadas por el Tribunal Constitucional.

--El presidente Montilla advierte de que, aparte de acatar la sentencia del Constitucional, no va a renunciar a que siga aplicándose el Estatut si este es recortado. ¿Por qué no hace esta afirmación también el PSOE, porque no la comparte o porque ahora no toca?

--En el ADN de todos los socialistas, de todos, está, como no podría estar de otra manera y nunca jamás hemos podido dudar, que las sentencias de todos los tribunales, especialmente el Tribunal Constitucional, no solo se acatan, sino que se respetan y se acatan. No hay nada más que decir. A partir de ahí, evidentemente el presidente Montilla aspira a que este sea el Estatut que podamos aplicar en Cataluña, como aspiramos todos los que hemos promovido, debatido, mejorado y ajustado el actual Estatut de Cataluña.

--¿Se pelea mucho con los dirigentes del PSOE que expresan su cansancio por el hecho de mantener abierta la llamada carpeta catalana?

--En absoluto. Quiero recordar que el impulso al estatuto catalán nace claramente también del PSOE, que es el presidente Zapatero el que afronta la necesidad de reformar los estatutos. Lo hemos hecho prácticamente en toda España, y no es que lo hayamos aceptado, es que lo hemos promovido porque entendíamos que con eso mejorábamos el autogobierno de los ciudadanos en diferentes comunidades autónomas. El PSOE es el único partido que es capaz de gobernar en Andalucía y en Extremadura, pero también en Euskadi y Cataluña.

--¿Qué le pasa al presidente del Gobierno cuando presenta con gran trascendencia la ley de economía sostenible y todo el arco parlamentario coincide en calificarla de propagandística y poco concreta?

--El presidente Zapatero ha planteado la necesidad de un cambio de cultura económica en nuestro país, la necesidad de un nuevo modelo que no dependa del ladrillo sino del conocimiento, de la innovación y de la educación. Mi experiencia parlamentaria me dice que lo importante de los debates no es cómo empiezan, sino cómo acaban. Yo estoy convencida de que, al final de este debate, la ley y la estrategia, que incluye más reformas que la propia ley, vendrá avalada por un gran consenso.

--Una de las más reiteradas críticas a la gestión del Gobierno es la de que improvisa, que actúa a golpe de encuesta, con exceso de márketing y poca sustancia. ¿Qué tiene que decir al respecto?

--Esas son calificaciones y palabras que salen de las filas de un partido político, el PP, que en un año y medio ha sido incapaz de poner encima de la mesa una sola medida alternativa a las que el Gobierno ha presentado. Y cuando uno no tiene proyecto político o no tiene alternativa, tiene que recurrir a ese tipo de frases, a descalificar las propuestas sin más.

--¿No cree que la ministra de Cultura, Angeles González-Sinde, ha sido desautorizada por el presidente en la polémica con los internautas?

--En absoluto. La ministra ha demostrado un gran talante de diálogo. Presenta un anteproyecto de ley y lo primero que hace es sentarse con aquellos que pueden sentirse afectados.

--Decirle a su madre que tiene que acatar una orden política --no ejecutar la moción de censura socialista en Benidorm--, y que esta no la haya obedecido, ¿es lo más duro que le ha tocado gestionar?

--Es evidente que no ha sido una situación fácil. Ahora bien, yo siempre he entendido que la autoridad de la secretaría de organización consiste en aplicar las normas a todos los militantes, con independencia de cómo se apelliden o dónde militen, y eso es lo que he hecho.

--En alguna entrevista ha afirmado usted que se siente en deuda con sus padres...

--Eso no ha cambiado.

--Como dirigente política de nuevo cuño, ¿qué quiere aportar usted a una actividad, la política, cada vez más encerrada en aparatos, regida por argumentarios y desprestigiada socialmente?

--Creo profundamente en la política. Es el mejor instrumento para cambiar las cosas. A partir de ahí, soy muy partidaria de hacer más transparentes las organizaciones, y procurar que los ciudadanos puedan participar de una forma más activa y no solo cada cuatro años depositando el voto.

--Hablando de participación, voces como la del expresidente extremeño Rodríguez Ibarra han lamentado la falta de debate interno en el PSOE.

--Es muy curioso porque en el PSOE lo que no hay es división, pero sí hay debate. Es más, el PSOE es un partido en el que sus militantes opinan, votan y deciden, cosa que no ocurre en el Partido Popular. El debate es compatible con una gran cohesión en torno a un líder y a un gran proyecto que todos nosotros compartimos.