Vivimos un momento político convulso en el que tantas cosas que parecían inamovibles hace un mes, como la lealtad institucional entre otras, han experimentado un cambio tan esencial que certifican la mítica sentencia de que a España no la va a conocer ni la madre que la parió.

Pues no es solo que quien parecía aferrado al poder a fuerza de inacción, acusado de pasivo, intrigante, autoritario e incluso indecente, haya dado un ejemplo de cómo irse sin utilizar puertas giratorias como sin empacho hicieran Zapatero, Aznar y González, sin intentar influir en su partido, y renunciando a cargos y emolumentos que todos su antecesores admitieron. Es que su propio partido tan criticado y puesto en solfa por casi todos los que no le votan, pese a ganar las últimas elecciones, caricaturizado y demonizado hasta la saciedad por su falta de democracia interna, corrupción estructural y no sé cuantos pecados más, ha soportado con ejemplar espíritu democrático un descalabro no del todo comprensible y leal, aunque legítimo, ha pasado del poder a la oposición sin excesivo trauma y ha afrontado un hasta ahora desconocido proceso electoral, con el comprensible titubeo, puñaladas traperas y jaleo mucho menos cainita que en otras formaciones.

Igual que cuando Monedero le echó las manos encima a la exvicepresidenta del gobierno, con ese espíritu revanchista y de tan mal gusto que tanto lo retrata, ella supo responder con superior dignidad argumentando que así era la democracia, con todos los defectos del proceso, una ve enormemente positivo lo que está ocurriendo en el Partido Popular. Tan solo desea que acabe rápido y sea verdaderamente integrador y regenerador, gane quien gane, porque en estos momentos en que a España y de modo tan sibilino se le está dando la vuelta a fuerza de negociaciones ocultas, dedazos y escasos principios, sin que medien unas elecciones que legitimen tanto cambio en tan poco tiempo, cuestionado Rivera por su mala gestión de la moción de censura, a una solo se le ocurre pedir como en aquel anuncio celebre: ¡Una oposición quiero!

*Profesora.