El presidente de la Junta visitó el pasado lunes a la ministra de Fomento, Magdalena Alvarez, con el fin de repasar el programa de infraestructuras que el Gobierno central tiene comprometido con la región. El resultado del encuentro --que se prolongó ayer entre el consejero José Luis Quintana y Víctor Morlán, secretario de Estado de Planificación-- ha sido tibio: ha habido noticias positivas y otras, revestidas de positivas, que no lo son. Entre las primeras está que se mantienen los plazos de licitación --apenas con un mes de retraso-- de las obras del AVE entre Badajoz y Cáceres respecto a las anunciadas por la propia ministra en Extremadura el pasado mes de enero; que se confirma que la autovía Cáceres-Badajoz tendrá financiación estatal y que la obra será incluida en la revisión que se haga el año próximo del Plan de Infraestructuras estatal; que empiezan los trámites administrativos, con los estudios informativos, del desdoblamiento de Cáceres a Malpartida de Cáceres y el de la autovía Badajoz-Granada. Y, sobre todo, que el ritmo que ha llevado desde su inicio la autovía entre Cáceres y Trujillo va a permitir que termine el año próximo, adelantándose al calendario previsto.

El encuentro entre la ministra y el presidente ha servido también para que Fernández Vara recuerde a los alcaldes la necesidad de que definan cuanto antes dónde estarán ubicadas las estaciones del AVE. Ciudades como Cáceres no cuentan con un emplazamiento claro. Incluso Fomento había previsto un concurso --que contempla trámites previos a la obra hasta el año 2010-- para estudiar dónde construirla. Ahora hay prisas. Pero las prisas estarían justificadas si la falta de definición sobre la ubicación de las estaciones interfiriera en el calendario de la obra y puesta en marcha de la Alta Velocidad, pero tal cosa no se ha explicado y, además, es difícil pensar que las estaciones retrasarán la ejecución del proyecto cuando ya se está viendo qué ritmo lleva: basta pasar por Montijo y observar que Adif no tiene prisa en que las primeras obras, formalmente iniciadas, avancen.

La reunión entre Alvarez y Fernández Vara ha servido también para que el ministerio aplace de nuevo --y van...?-- el momento de iniciar el estudio informativo de la autovía Badajoz-Valencia, la ya famosa, por inédita, Autovía del Levante. El retraso de esta obra es injustificable: hace 11 años, en 1997, ya se empezó a hablar de ese estudio informativo para cuyo inicio el Ministerio de Fomento se da ahora un nuevo plazo de tres meses. Este tiempo se ha ido en dudar si es mejor la ´opción norte´, siguiendo el corredor de la actual N-430; la ´opción sur´, por Castuera y Cabeza del Buey o, en los últimos meses, una opción intermedia. Y la incapacidad de optar por cualquier de ellas está siendo tan prolongada que sobre esta obra recae la sospecha de que puede ocurrirle lo que le pasó al famoso asno de Buridán, que sufriendo tanta sed como hambre, terminó muriendo porque no se decidió sobre qué saciar primero. El cuento hace que sea legítima la pregunta ¿habrá autovía que enlace Extremadura con el Levante? Y es que once años después, está por ver.