El villanovense Pedro M. Fernández acaba de editar su primer libro titulado ´Los visitantes desconocidos´. Se trata de un exhaustivo análisis sobre un siglo de fenómenos insólitos, ocurridos en Extremadura. Miembro de la National Geographic Society, Fernández es investigador de enigmas desde hace más de treinta años. En 1978 fundó una asociación que llegó a convertirse en una parte de la historia de la ufología hispana. Ha colaborado en diversos medios, incluso en la revista italiana Il Giornale dei Misteri.

En ´Los visitantes desconocidos plasma los resultados de veinticinco años de investigación. "He acumulado multitud de pruebas en torno a una gran profusión de fenómenos insólitos acaecidos por toda la región. Y para ello he contado con la inestimable colaboración de algunos de los mejores investigadores extremeños. La obra, prologada por el escritor y periodista Javier Sierra, está repleta de casos sorprendentes, y pretende ser un referente obligado para cualquier estudioso de los fenómenos insólitos", señala.

Según Fernández, "en ocasiones ocurren fenómenos que aún no podemos darle una explicación, al menos con nuestros conocimientos actuales. No significa que lo que hoy nos parece fantástico sea irreal, es simplemente porque aún pertenece al universo de lo inexplorado; pero un día, con toda certeza, entrará en las reglas de la Ciencia".

En Extremadura se han dado multitud de casos interesantísimos que, seguramente, iban a terminar en libros de cuentos populares o de leyendas urbanas si alguien no se esforzarse por aislar el relato objetivo. "Se puede encontrar desde extraordinarios avistamientos de extraños objetos hasta incidentes con enigmáticos e insólitos personajes, pasando por un excepcional encuentro acaecido en la Base Aérea de Talavera la Real, el escabroso tema de las abducciones, la Ciencia enfrentada al fenómeno de los no identificados, las apariciones marianas de La Codosera, algún descubrimiento arqueológico sorprendente, así como un excepcional dossier acerca de toda una vida de investigación, cedido para la obra por ese gran periodista e investigador que fue Eustasio López", destaca el autor.

La actitud más simplista, según este estudioso, consiste en negar el conjunto de los fenómenos, "los ovni no existen, entonces, no hay nada que investigar. Tal postura es, por lo menos, contraria a la ética científica y resulta cada vez menos defendible. Además, es como agraviar a los miles de testigos que, en su mayoría, con buena fe, relatan la existencia de fenómenos extraños". A juicio de Fernández, "lo mejor será que el lector descubra por sí mismo todas las andanzas que el libro recoge en busca de lo excepcional, para lógicamente no solo saciar su curiosidad acerca de tales enigmas, sino ahondar en ellos".