Que dos actores lleguen a un teatro para hacer una función no es ninguna novedad, bueno, eso creemos. Pero que uno de ellos tenga la responsabilidad de mantener a salvo la función sin que le cueste su amistad con el otro, es otra cosa.

Un camerino, bueno… un camerino. La llamada que pondrá en jaque a nuestros protagonistas. Una gran producción que tiene una figura clara.

Montaje de escenografía, pase de luces, prueba de sonido, repasa el texto, maquíllate, péinate… ¡BASTA, QUE JARTURA! y para colmo… La tele viene a grabar.