El vestuario escénico ha sido tratado tradicionalmente como un elemento secundario y a posteriori en las creaciones de danza contemporánea, una nota estética pero sin una significación real dentro del discurso coreográfico. Pieles y pliegues viene a revertir este orden. La propuesta se centra en las posibilidades de transformación de los cuerpos, de su percepción, de sus capacidades y de sus significados a través del vestido. Una investigación sobre los infinitos cuerpos que se hacen visibles y se llenan de semántica cuando un vestuario los cubre, los transforma y los singulariza.

El vestido como fenómeno comunicativo, como lenguaje visual articulado, ha de tener un papel central en la creación, no solo de la narrativa, sino en el propio vocabulario del movimiento. Pieles y pliegues parte del vestuario para condicionar el trabajo escénico y dramatúrgico. Y lo hará a través de dos perspectivas: la transformación física y la transformación simbólica.