TAtnadie se le escapa el papel tan fundamental, desde el punto de vista económico, de las organizaciones criminales. De hecho, recuerdo en alguna intervención pública como el presidente Obama , reclamaba actuar en contra de las mafias organizadas y paraísos fiscales, en relación a limitar el blanqueo de capitales, que luego revertía en los países ricos. Y alguien le anunció no lo hagas, y no tanto porque entonces gran parte de la economía estadounidense se veía afectada. Es un hecho, que los resortes utilizados por las organizaciones criminales para blanquear lo obtenido de sus fechorías, son muchos y variados. Porque se blanquea el dinero, sin duda, pero sus usos siguen siendo mafiosos.

Es la sensación que a veces permanece inquebrantable sobre si se lucha con toda la intensidad y suficiente para hacer frente a ese enriquecimiento de las organizaciones criminales, que utilizan esas fuentes de financiación para seguir perpetrando sus hechos delictivos, y hacerlo bajo, en ocasiones, desde las instancias monetarias de los denominados países democráticos.

Y a esto se me viene siempre una imagen, que, por comparación, podría resultar ejemplarizante. Y es esta, el otro día en una calle muy comercial de una ciudad, había un número importante de vendedores callejeros, que vendían calzado deportivo de una marca muy reconocida mundialmente. Y se habían apostado en frente justo de la tienda de esa misma marca deportiva. Aquello resultaba chocante. Porque es como decirles no solo te falsificamos tus productos, sino que los exponemos delante de tus narices. Y aquello estaba produciéndose bajo una clara impunidad. Prestos estaban por si llegaba la policía, pero la mercancía allí estaba para la venta, sin ningún tipo de pudor.

XPUEDEx resultar extraño que se cometa, como es el caso, un hecho punible y todos permanezcamos ajenos. Porque lo que había en esos puestos ambulantes eran falsificaciones, muy buenas, pero falsificaciones. Y desde luego no eran causa de una situación de marginalidad de los propios vendedores callejeros, porque la cantidad allí mostrada daba idea de ser fruto de un proceso de industrialización; o, al menos, de una maquinaria detrás para producir tamaño falsificaciones. Y esto delante de todo el mundo, y así hablamos de ropa deportiva, de productos de vestir de todo tipo de marcas de lujo, relojes, películas, etc. Más allá del último recurso económico en el que se puedan ver envuelto estas personas. Lo que no es de recibo es que se trafique y falseen productos y se comercialicen bajo la mayor de las impunidades. Y esto cada vez va a más, y dice muy poco de las medidas para luchar contra ello.

Esencialmente, porque detrás de estos están organizaciones dedicadas a delinquir, a comerciar despreciando legalidad alguna, y con importantes cifras económicas. Porque nadie debiera dudar de que detrás de estos vendedores callejeros están mafias y organizaciones criminales que hacen de la falsificación un negocio lucrativo, que luego conlleva utilizar esos bienes para cometer todo tipo de tropelía. Es el submundo de la delincuencia, es el submundo de los paraísos fiscales, es el submundo del crimen organizado que da y toca todos los negocios habidos y por haber.

No se debiera consentir que en nuestras calles transiten como un negocio más este tipo de venta de productos falsificados, bajo la apariencia de una cierta impunidad, porque detrás de esos vendedores callejeros, hay toda una industria que comercia y transita bajo la delincuencia organizada y el tráfico económico de todo tipo de bienes, y, de seguramente, situaciones de semi esclavitud.