En sus estancias se alojaron personajes como María de Monroy la Brava, el rey Fernando el Católico, San Pedro de Alcántara y el que fuera cardenal Bernardino de Carvajal. Lleva años esperando una rehabilitación integral, y su estructura señorial languidece con el paso del tiempo.

Se habían realizado pequeñas intervenciones por parte de los propietarios para evitar la presencia de ‘okupas’ y la entrada de aves que deterioraran aun más la estructura.

Ahora, la esperada reforma de uno de los emblemas patrimoniales con más solera de Plasencia, el Palacio de Monroy (siglo XIV), conocido popularmente como la Casa de las Dos Torres (aunque solo conserva una), se hará realidad este mes de septiembre con un presupuesto estimado de 400.000 euros, para actuar, preferentemente, al forjado y la cubierta.

Por un lado, se destinará la inversión al refuerzo y reconstrucción de la estructura, «porque hay forjados inexistentes, y los que están en mal estado de madera se van a consolidar», explica la arquitecta placentina Raquel Málaga.

Ella se encargará de pilotar esta obra de rehabilitación en la mansión señorial más antigua de la ciudad, cuyo proyecto recibió el visto bueno del Plan Especial de Protección del Recinto Intramuros de Plasencia el pasado mes de mayo.

También se dedicará ese presupuesto a la rehabilitación integral de la cubierta y a mejorar la conexión entre las plantas. «Hay tres plantas; mientras que la primera y la baja están conectadas por una escalera de piedra, hay que construir otra para acceder al resto de plantas».

FACHADA GÓTICO-RENACENTISTA

En cuanto a su vistosa fachada, modificada en el siglo XIX al abrir grandes vanos de estilo neo gótico-renacentista, se actuará para protegerla de daños y evitar que se desprendan elementos a la vía pública; aunque está bien conservada.

El objetivo no pasa solo por la necesaria consolidación de un edificio que tiene más de 600 años, sino por dotar el inmueble de un nuevo uso. Un uso futuro que puede ser turístico, aunque es una posibilidad que los propietarios aun no han confirmado. En su día, se planteó una rehabilitación para transformar el edificio en un restaurante y despachos, pero finalmente no se llegó a ejecutar ese proyecto. 

Las obras se alargarán durante varios meses. 

Ya en su momento, el alcalde, Fernando Pizarro, advirtió del riesgo de derrumbe de las cubiertas. Sus propietarios presentaron en 2020 un proyecto en el ayuntamiento que contempla la consolidación global del edificio, precisamente, para evitar que el paso del tiempo acabe con el inmueble.

Pese a su antigüedad y valor, la mansión no está declarada como Bien de Interés Cultural (BIC), aunque es una propuesta que se ha acariciado en varias ocasiones.

Nuño Pérez de Monroy mandó construir la casa, de la que hoy solo se conserva la portada. La torre que falta se derribó a comienzos del siglo XX debido a su estado de ruina, ya que resultó dañada en el terremoto de Lisboa de 1755.