A principios de los años 30, la familia del joven judío Robert Aquist emigró a Palestina, entonces bajo mandato británico, para escapar de la Alemania nazi. Robert compartía "los principios de justicia social del comunismo", según apunta su sobrino Oded, y en 1936 decidió enrolarse en las Brigadas Internacionales para ayudar a la República Española en la Guerra Civil.

"La opción de mi tío fue ideológica, era un idealista y creía en su causa", explica Michal Sela, sobrina de Aquist. "Se casó en España con una enfermera inglesa, también voluntaria, pero su felicidad duró poco porque él murió en la Batalla del Ebro (1938). Ella se volvió a casar y tuvo un hijo al que llamó Robert", cuenta Michal mientras señala el retrato de su tío, que junto a los rostros de varios compañeros brigadistas decora una de las paredes de la exposición 'From Here to Madrid. Volunteers from Palestine in the International Brigades in Spain, 1936-1938 (Desde aquí a Madrid. Voluntarios de Palestina en Brigadas Internacionales, 1936-1938)'.

La exhibición --que se puede ver en el Museo de Israel, en Tel-Aviv, hasta el 20 de noviembre-- presenta las historias de los voluntarios judíos de Palestina que lucharon en la guerra civil, relata su vida bajo el mandato británico, su posición respecto a los líderes sionistas en Palestina y sus experiencias en España a través de documentos, fotos y cartas, en parte cedidos por las familias de los brigadistas, todos fallecidos.

Las comisarias de la exposición, Batia Donner y Rachel Bonfil, afirman basándose en investigaciones que, de 1936 a 1938, entre 150 y 250 judíos palestinos --la gran mayoría hombres, pero también algunas mujeres, unos nacidos en Palestina y otros llegados a la zona unos años antes procedentes de Europa--, se enrolaron en las Brigadas Internacionales. Pero otras fuentes, principalmente el Partido Comunista Palestino, siempre afirman que los voluntarios de Palestina fueron 400, de los cuales 45 murieron en España.

De los 40.000 brigadistas internacionales, 8.000 eran judíos de diversas partes del mundo que querían defender la República Española "y luchar contra el fascismo", subraya Yaaron Ostrovsky, hijo del brigadista David Ostrovsky. Junto a los voluntarios judíos de Palestina se alistaron cinco árabes y siete armenios de la misma tierra. "Mi padre estaba encarcelado en Jerusalén por actos contra los británicos. En 1937 le dieron la opción de liberarlo y mandarlo a España a luchar. Lo destinaron a la zona del Jarama. Cuando los brigadistas salieron de España, fue a Francia y en la segunda guerra mundial luchó con la resistencia, después volvió a Palestina y combatió en la guerra del 48, después de la creación del Estado de Israel", narra Yaaron Ostrovsky.

Comisarias de la muestra

La mayoría de combatientes eran miembros del Partido Comunista y antisionistas, "excepto una docena de sionistas", indican las comisarias de la exposición en el catálogo que han editado. Los comunistas "estaban perseguidos por el mandato británico y marginados por el Yishuv (comunidad judía en Palestina) por sus visiones antisionistas, tenían un modo de pensar y unas visiones políticas y sociales que minan la historia nacional monolítica que los israelís nos hemos explicado", según señalan Donner y Bonfil en el texto de presentación de la exposición.

Los líderes del Yishuv se oponían a que judíos de Palestina fueran a España porque, según defendía David Ben-Gurion --en aquel tiempo presidente del Consejo de la Agencia Judía y que en 1948 sería el primer jefe de Gobierno de Israel--, ayudar a los republicanos españoles significaba contrariar al Reino Unido, que se oponía a intervenir en España, y multiplicar los obstáculos para crear el Estado de Israel.

Algunos organismos judíos expresaron simpatía por los republicanos e incluso recaudaron fondos, pero los líderes sionistas no quisieron enviar voluntarios a España porque no lo consideraban una prioridad. Lo más importante entonces era trabajar para la construcción del futuro Israel, levantando kibutz como el Hanita, símbolo del proyecto sionista.

"Yaakov Hazan, uno de los líderes del movimiento del Kibutz Haartzi, acuñó el eslogan Hanita es preferible a Madrid en una conversación con David Karon, miembro del kibutz Kfar Menachem y uno de los pocos voluntarios que no era comunista", explican las comisarias. Esta frase inspiró el título del documental Madrid before Hanita (Madrid antes que Hanita), del director israelí Eran Torbiner, que narra las historias de los brigadistas judíos palestinos, cuya lucha quedó silenciada en la prensa palestina en hebreo de la época. El Museo de Israel les da voz.