Hay mujeres que afrontan la vida con desventaja. Presentan dificultades, carencias o deterioros que les impiden una integración social normalizada. En unos casos les falta formación o habilidades sociales y personales, en otros sufren baja autoestima, o bien tienen dependencia emocional y relaciones afectivas dañinas, e incluso arrastran dificultades para encontrar/mantener un trabajo, conflictos en las relaciones familiares/vecinales, y problemas para la asunción adecuada de roles, etcétera. Estos obstáculos suelen aparecer vinculados, generando situaciones difíciles que necesitan soluciones desde varios frentes. El Ayuntamiento de Cáceres ha creado una herramienta específica para ellas, denominada SIRA.

Se trata del Servicio Integral de Recuperación y Acompañamiento a Mujeres en Situación de Vulnerabilidad Social, desarrollado por el Instituto Municipal de Asuntos Sociales (IMAS) con una dotación de 120.000 euros. «Ofrece espacios de formación, información, capacitación, asesoramiento y acompañamiento a mujeres en situación de exclusión o riesgo de exclusión social», explica la concejala de Accesibilidad, Asuntos Sociales y Mujer, Marisa Caldera, también responsable del IMAS. Desde marzo se ha atendido a diez beneficiarias (el objetivo es llegar a unas 40). La mayoría de ellas coincide con el perfil de perceptoras de prestaciones sociales del ayuntamiento, de modo que aquéllas que lo precisan también reciben una ayuda mensual para sus necesidades básicas (desde 200 euros) por su participación en este programa, determinada por los trabajadores sociales. El objetivo final consiste en que puedan manejar sus vidas de forma autónoma y no sean dependientes de los servicios sociales.

«En los primeros meses se ha comprobado que las mujeres están satisfechas. El programa SIRA se ha convertido en el primer paso para acceder a otros servicios, en un puente para alcanzar todos los recursos que van necesitando. Por ejemplo, algunas ya se han matriculado para hacer el graduado escolar», indica Marisa Caldera. Prioritariamente se atiende a aquellas mujeres que sean o hayan sido víctimas de violencia de género o especialmente vulnerables de sufrirla. «El proyecto también tiene por tanto un fuerte carácter preventivo», matiza.

LO QUE NECESITA CADA UNA / Los profesionales que desarrollan este programa (técnicos de habilidades cognitivas, de igualdad, de programas, psicólogos...) diseñan un itinerario formativo según los módulos y el tiempo que prevén que necesitará cada mujer, que contempla medidas individuales y grupales. Estos módulos son impartidos por especialistas del IMAS o de otras instituciones y abordan la autoestima, la orientación laboral (diseño del currículum, preparación de una entrevista de trabajo...), las habilidades en las relaciones sociales y familiares, la prevención de la violencia de género o la educación básica (apoyo para obtener el graduado escolar, el certificado de profesionalidad...).

Además, los técnicos realizan tareas de acompañamiento a juzgados, servicios sanitarios, de organización doméstica... «Como los resultados están siendo positivos, seguiremos avanzando en la misma línea y derivando mujeres a este proyecto a través de los servicios sociales de base y de otros programas del IMAS», indica la concejala. Además, instituciones externas al ayuntamiento también pueden proponer usuarias para el programa SIRA, que está coordinado con los distintos recursos de la ciudad: Casa de la Mujer, Oficina de Atención a Víctimas de los Juzgados, Sexpe, programas de atención a menores víctimas de violencia, Primex...

Este proyecto tiene su origen en el Programa de Recuperación de Mujeres Víctimas de Violencia de Género de la Junta de Extremadura, que pasó a ser regional, y por tanto dejó de financiarse a nivel local. Sin embargo, con la experiencia de este equipo integrado en el Área de la Mujer del IMAS, el ayuntamiento ha podido diseñar el servicio SIRA, que se coordina con el resto de la red de apoyo a mujeres, a fin de tenderles más que una mano en su lucha simplemente por la normalidad.