La restauración está de moda. Taperías y restaurantes se han apoderado de las calles de la capital cacereña en los últimos años. El culto por la buena cocina ha venido acompañado de una depuración técnica en el cuidado de cada uno de los platos. En el hasta ahora llamado restaurante la Parrilla de Galarza son conscientes de la importancia de la especialización. Ayer presentaron su nuevo proyecto, el restaurante no solo ha renovado sus instalaciones, sino también su nombre, ‘El mirador de Galarza’.

Como afirma Adolfo Maestre, dueño del restaurante, «tras doce años trabajando de una manera tradicional era necesario un cambio que permitiese a todo el equipo mantener la ilusión, de otra manera el proyecto se hubiese agotado». En este cambio no ha estado solo, ha contado con un equipo entre los que se encuentra su hijo Fran Silvio, quien está a punto de convertirse en el primer cacereño en graduarse en el Basque Culinary Center. Fran ha hecho de este proyecto de reforma su Trabajo de Fin de Grado, una iniciativa que radica en la creación de tres espacios multifuncionales centrados en la internacionalización del producto más famoso de nuestra región, el cerdo ibérico. Fran explica que «el objetivo es contextualizar el cerdo ibérico, adaptarlo a la cocina del siglo XXI».

Para ello aprovecharán la creación de un nuevo espacio de terraza-mirador centrado en la cocina contemporánea. Las tapas se configuran como el método perfecto para demostrar que el cerdo ibérico se puede disfrutar más allá del tradicional jamón. Pretenden sorprender apostando por platos poco comunes, como un tartar de solomillo ibérico o un Pan Bao, plato tradicional tailandés, de costilla ibérica.

Como ellos mismos aseguran, «el proyecto es cosa de todo un equipo comprometido, sino hubiera sido inviable». Carlos González, jefe de cocina, reitera la necesidad de «enriquecer los productos extremeños con influencias externas, una suma de conocimientos que permita enriquecer la gastronomía tradicional». Desde que Cáceres fuese Capital Gastronómica en 2015, la hostelería de la región ha luchado por estar a la altura. Los miembros de El Mirador de Galarza recuerdan que «la cocina es una mezcla de trabajo y arte».