Fueron los tres únicos guardias civiles españoles que acudieron a Fátima durante la visita del Papa del pasado 12 y 13 de mayo, para colaborar con la Guardia Nacional Repuplicana de Portugal; sobre todo porque se esperaba que miles de españoles acudieran al evento, como así fue. El sargento Álvaro Valle Mesa y los guardias Juan de Sande Piris y Francisco Javier González Gil fueron los seleccionados. Lo que no sabían era que iban a estar situados en los sitios más estratégicos; tanto que siguieron al Papa Francisco por todos los lugares que pisaba. Desde entonces sus compañeros de la comandancia cacereña les apodan «la escolta cacereña del Papa».

Pocos días antes de la visita del Pontífice llegó una comunicación a Cáceres desde la dirección general de la Guardia Civil en la que se informaba de que tres agentes debían desplazarse a Fátima. Se abrió un periodo de voluntariedades y, de entre todos los que se presentaron, los superiores eligieron a estos tres. Estuvieron cuatro días en los que siguieron al Papa Francisco, para velar por su seguridad y por la de los asistentes. Custodiaron también la residencia en la que se alojó el viernes por la noche. «Le hemos visto muy de cerca dos veces», ambas cuando cubrían el servicio en los accesos» al santuario de Fátima, donde el Papa celebró el domingo una misa, recuerda el sargento Álvaro Valle.

Durante su estancia han efectuado «multitud» de auxilios y han ayudado a visitantes que estaban perdidos. Su misión era principalmente esa, atender a los fieles de habla hispana. En los cuatro días se encontraron a miles de extremeños. «Ha sido una experiencia muy bonita. Hemos recibido muchos agradecimientos por parte de los portugueses», señala el sargento. Es la primera vez que participan en un evento de estas características, aunque sí son comunes las colaboraciones entre la comandancia de Cáceres y Portugal. En muchas ocasiones han realizado actuaciones conjuntas para custodiar la frontera española y portuguesa, pero nunca en una ciudad dentro del país vecino.