"Porque después de todo he comprobado que no se goza bien de lo gozado sino después de haberlo padecido". Con este poema de Francisco Luis Bernáldez pintado en el cristal de la puerta, se despide Vicente Libros después de 58 años ofreciendo literatura a los cacereños.

Tras el fallecimiento de Vicente Santos, hace tres años, sus hijos María, Sara y Alejandro Santos, y su esposa, Marisa Solana, deciden cerrar las puertas de una de las fuentes más antiguas del conocimiento y la cultura de la ciudad. El negocio ya no se sostiene. "Hace unos años decidí quedarme con la librería. Quería relanzarla, darle otro aire, pero llega un punto en que el negocio no da más. Los clientes ya no vienen, la parte antigua ha cambiado mucho", explica Sara Santos, la hija mediana de Vicente, que prácticamente desde su fallecimiento está al frente de la tienda. Antes lo hizo María, su hermana.

"Me da mucha pena y rabia. Mi marido y yo hemos trabajado mucho aquí. El ha sido el pionero en todo. A esta librería venía gente del País Vasco o Cataluña a comprar cosas que allí no las tenían. En cómic éramos unos de los mejores", dice Marisa Solana. Ella recuerda las exposiciones de libros extremeños que Vicente llevó a cabo en la plaza Mayor en los años 70: "Poníamos una bandera de Extremadura muy larga que yo bordaba cada año. Las exposiciones fueron un éxito", asegura.

También en Paneras

Vicente Libros fue fundada por el padre de Vicente Santos, que vendía plumas. Poco a poco se introdujo en el mundo de los libros y el negocio fue creciendo, hasta que fundaron otra librería en la calle Paneras, cerrada también desde hace años.

Vicente Santos comenzó a trabajar en la tienda de Pintores cuando tenía catorce años. Devoraba los libros, su preferido fue Soldados de Salamina , de Javier Cercas. "Después de leerlo hizo comprárselo a todos los vecinos de la calle Pintores, le impactó", recuerda la que fuera su esposa. Su amor por la literatura fue compartido por toda su familia: "Siempre teníamos un libro en la mano. De pequeñita los mordía o los leía del revés", recuerda Sara Santos. "Por las noches volvíamos loca a mi madre para que nos leyera cuentos. Otro más mamá. No había manera de dormirnos", recuerda.

Con las estanterías rojas que construyó e instaló una a una su fundador, Vicente Santos, plagadas de libros de decenas de editoriales, tal y como comenzó, se despide ahora esta librería histórica, que muchos conservarán en su memoria por las trilogías de Timun Mas, que hicieron bautizar a Vicente como el rey del cómic. ¡Hasta siempre!.