La construcción de grandes infraestructuras conlleva la generación de efectos negativos que la sociedad ha de asumir. Para identificarlos y minimizarlos se realiza el proceso de Evaluación de Impacto Ambiental que concluye cuando la autoridad ambiental competente establece en la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) esos efectos negativos identificados y las medidas correctoras fijadas para su eliminación o reducción. Una excelente Evaluación de Impacto Ambiental puede convertirse en papel mojado si no se aplican las medidas correctoras y recomendaciones que contempla la DIA correspondiente.

Algo así parece haber sucedido con la construcción de la Ronda Norte de Cáceres. Desde el principio estaba claro que los efectos negativos de esta infraestructura sobre el confort sonoro de numerosos vecinos de Cáceres y sobre el patrimonio cultural eran muy considerables. Para minimizarlos o eliminarlos asociaciones de vecinos afectadas, y también Adenex, presentaron en su momento numerosas alegaciones.

La DIA realizada por la Dirección General de Medio Ambiente recogió algunas de esas alegaciones, con lo que parecía que los graves efectos podían al menos minimizarse. Pero después de meses de funcionamiento de esta infraestructura está claro que el organismo que ejecutó la obra, la Consejería de Fomento de la Junta de Extremadura, no cumplió con los condicionantes que estableció otro organismo de la Junta de Extremadura. Y así los efectos negativos, que podrían haberse reducido, se están poniendo de manifiesto en toda su gravedad.

Ante las críticas de Adenex y los propios vecinos la DIA de esta obra contemplaba que para reducir el impacto acústico del tráfico rodado sobre urbanizaciones y zonas verdes aledañas las pantallas acústicas-paisajísticas que se recogían en el proyecto deberían extenderse a todas las áreas colindantes al trazado de la ronda, realizándose plantaciones tupidas de coníferas en las zonas edificadas.

El mismo proyecto recogía que se plantarían tres filas de árboles que se alternarían con arbustos. Cualquiera que haya paseado a lo largo de la Ronda Norte ha podido comprobar que ni se han cumplido esas condiciones ni hay pantallas acústicas. En numerosos lugares cercanos a viviendas se han plantado olivos, que no cumplen con la finalidad de absorber los ruidos. En la mayoría del trazado no hay ningún tipo de ´plantación tupida´ ni las tres filas de árboles exigidas. Y con esta situación las citadas pantallas acústicas se han quedado en el papel pero no en la realidad.

De esta manera los vecinos han tenido que protestar ante el ayuntamiento cacereño y ante la Junta. El consistorio se ha comprometido a realizar gestiones ante el organismo constructor: la Junta. Pero ¿se preocupó en el momento adecuado, cuando recepcionó las obras, de comprobar que las medidas correctoras para reducir el grave impacto sobre los vecinos se habían aplicado?. En fin, ineficacia de la Junta de Extremadura, desinterés del Ayuntamiento de Cáceres; o viceversa, tanto da.

El trazado de una vía pecuaria, de acuerdo con la normativa existente, ha de salvaguardarse y en caso de verse afectado por un proyecto ha de establecerse uno alternativo. Sin embargo con la Ronda Norte la denominada Cañada Real del Casar ha quedado bruscamente cortada al llegar a la rotonda de la Sierrilla. Antes había un paso, difícil, pero ahí estaba. Ahora ni eso.

¿Dónde ha quedado la accesibilidad y el paso del ganado en esta vía pecuaria al llegar a esa rotonda? ¿Dónde está el paso alternativo que exige la legislación? Mientras la administración regional gasta cuantiosos fondos en la loable labor de recuperar vías pecuarias, otros organismos de esa misma administración las van destruyendo.

El proyecto de la Ronda Norte recogía la posible existencia de dos yacimientos arqueológicos en su trazado y del paso de la Calzada Romana de la Vía de la Plata. A propuesta de Adenex la DIA establecía que se realizarían los sondeos necesarios para determinar su importancia adecuándose el proyecto a los resultados obtenidos. Sin embargo de los yacimientos y de los posibles sondeos nunca más se ha sabido nada.

También a propuesta de esta asociación la DIA establecía que aquellos elementos del patrimonio cultural que pudieran verse afectados por el trazado, tales como varias portadas de fincas o fuentes, deberían reubicarse e integrarse en el trazado. Hasta seis eran los elementos que la DIA reconocía que podían reubicarse para salvarse de la destrucción. De ellos tampoco nunca más se supo.

La DIA de la Ronda Norte de Cáceres establecía que debería realizarse la restauración paisajística de taludes con la revegetación con hidrosiembras, plantaciones, con formación de rocalla y estructuras de redondo y mallas. Pasear por la Ronda Norte es comprobar que lo que se ha hecho en este sentido es ridículo y testimonial.

Ante esta situación de lo que parecen graves incumplimientos de la DIA de la Ronda Norte, con los consiguientes perjuicios para los vecinos y para el patrimonio cultural, Adenex se dirigió en febrero pasado a la Dirección General de Infraestructuras de la Junta de Extremadura solicitando información acerca de qué actuaciones se estaban realizando para hacer cumplir la DIA en los casos citados. Varios meses han pasado y no ha habido respuesta alguna. La DIA de la Ronda Norte parece ser para la Junta de Extremadura papel mojado. El derecho a la información también.